El subdirector general del grupo Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM)-Ruralcaja, Rafael Carrau, ha asegurado este jueves que el proceso de fusión de Ruralcaja con la andaluza Cajamar para crear Cajas Rurales Unidas pretende conseguir «toda la eficiencia que se pueda», aunque se ejecutará «con un respeto profundo hacia las plantillas» y cualquier decisión que se tome en este sentido será consensuada con los sindicatos.
Así se ha pronunciado Carrau en un encuentro con los medios tras ser cuestionado por la posibilidad de que la fusión con Cajamar aprobada por los consejos rectores de ambas entidades pueda provocar un eventual cierre de oficinas y el recorte de la plantilla.
En este sentido, ha indicado que no hay todavía previsiones al respecto, dado que el proyecto está aún en su primera fase, aunque ha resaltado que, en cualquier caso, cualquier medida que se tome se hará siempre siguiendo «el espíritu cooperativo». «No vamos a ir con medidas radicales», ha insistido Carrau, que ha detallado que la mejora de la eficiencia pretende evitar casos extremos como la existencia de una oficina frente a otra.
En el resto de casos, ha recordado que la función de las cooperativas es «evitar la exclusión financiera» de las pequeñas poblaciones, por lo que los movimientos se realizarán teniendo en cuenta este principio.
Carrau ha precisado también que la marca CRM-Ruralcaja se mantendrá en todas las oficinas del grupo en la Comunitat Valenciana, excepto en Caja Campo, durante un periodo de 3 años en el que se evaluará la conveniencia de un cambio. En el resto del territorio nacional, las oficinas operarán bajo la marca Cajamar.
SUBSEDE EN VALENCIA
Asimismo, ha detallado que Cajas Rurales Unidas, que gestionará un volumen de activos superior a los 38.000 millones de euros, tendrá su sede en Almería, mantendrá la sede de Madrid y contará, asimismo, con una subsede en Valencia, en la que se prestarán los servicios centrales que se prestan directamente a las cajas integrantes de los dos grupos, como por ejemplo los jurídicos.
En concreto, la nueva entidad suma 22 entidades que representan el 44,6 por ciento del negocio total de las cajas rurales españolas, el 43 por ciento de los activos totales, una de cada tres oficinas y uno de cada tres empleados.
AUMENTO DE LA CUOTA DE MERCADO
Por otra parte, Carrau ha admitido que Ruralcaja podría no haber dado el paso para fusionarse con Cajamar, aunque esta decisión habría supuesto «no dar futuro al cooperativismo de crédito español». Así, ha destacado que la extinción de la personalidad jurídica de las dos grandes entidades fusionadas y el mantenimiento de la de las cajas locales responde a la doble necesidad de «mantener la fidelidad de los socios y disponer de una entidad de cabecera que permita competir a nivel nacional».
Asimismo, ha señalado que con este paso, la nueva entidad prevé llegar a hacerse con hasta un 15% de la cuota de mercado y ha insistido en que afrontan el proceso con «gran satisfacción» y con el convencimiento de que las cooperativas rurales son «una herramienta financiera imprescindible para la economía española», ya que, ha recordado, «los países que mejor soportan la crisis son aquellos en los que triunfa el cooperativismo financiero».