Una instalación adecuada, un buen mantenimiento y la limpieza son las claves para hacer un uso adecuado de las chimeneas. El responsable de Yesca chimeneas, Pachi Guijarro, nos explica que las chimeneas de por si no son peligrosas, pero que como todo requieren un mantenimiento que en España ni es obligatorio, ni lo piden los seguro de hogar.
“En Francia por ejemplo, los seguros exigen una revisión anual de las chimeneas, en Alemania se hace cada seis meses. En España esto no está regulado y la gente lo hace cuando quiere y se debe hacer cada año”, señala este experto.
Pachi nos explica que en el mercado hay dos tipos de chimeneas, las abiertas y las cerradas. Las abiertas son las más antiguas y a las que se echa leña para que calienten. “Estas se deben apagar por la noche porque al no estar cerradas pueden saltar chispas. No se debe dejar nada en los alrededores de la chimenea en un perímetro de 50 cm por los lados y de 80cm por delante. Si se quiere apagar el fuego de esta chimenea lo mejor es echarle ceniza por encima o ahogar las brasas con agua”, apunta este experto.
En el caso de las chimeneas cerradas hay tres tipos: de vista, estufas y las que se revisten. Estas tres chimeneas en principio son iguales porque las tres generan calor y tiene un rendimiento elevado. En todas estas es imposible que salte una chispa porque están cerradas. Dentro de cada uno de estos tipos hay diferentes formulas pero su mayor o menos precio no repercuten en las calidades.
Una chimenea se puede convertir en peligrosa porque su instalación sea defectuosa. “Si la instalación no la ha realizado un profesional puede que el revestimiento de los tubos de la chimenea no sean los adecuados o su calidad sea inferior a la necesaria. Esto provoca algunos incendios por calentamiento sobre todo en las casas de madera. Si la instalación es la adecuada esto no pasa. El segundo punto es el manteamiento y la limpieza tanto de los tubos como de la chimenea en sí. Si no se han limpiado bien los tubos Monóxido de Carbono puede tener dificultades para salir, pero esto se observa en el momento en el que se enciende porque no tira la chimenea”, destaca Pachi Guijarro.
En el caso de las chimeneas cerradas no hace falta apagarlas durante la noche ya que su seguridad es total. “Si la chimenea está en perfectas condiciones, no tiene agujeros el Monóxido de Carbono no se sale y no afecta a los humanos. Hay total seguridad durante la noche con estas chimeneas. Si se quieren apagar se hace como con las abiertas, o con ceniza o también se les echa agua para ahogar las brasas”, apunta.