Es una mera casualidad que no haya ocurrido una catástrofe planetaria a causa del impacto de un gran asteroide contra la Tierra. Es una de las conclusiones que se desprenden del informe presentado por la Fundación B612, destinada a investigar el choque de estos cuerpos celestes con nuestro planeta.
Gracias a un sistema de detección de misiles nucleares, se ha descubierto que desde 2001 se han producido en la Tierra 26 explosiones equiparables a la de una bomba atómica, provocadas por el impacto de asteroides. Hasta ahora se manejaban datos mucho más bajos acerca del peligro real de una colisión que desemboque en una catástrofe.
De hecho, ninguna de estas explosiones se ha producido en un entorno densamente poblado, lo que hubiera tenido gravísimas consecuencias humanitarias.
El resultado de la investigación pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestro planeta y la incapacidad de detectar el choque de objetos celestes de gran tamaño contra la Tierra.
Según Ed Lu, uno de los investigadores del proyecto, «el hecho de que ninguno de estos impactos de asteroides se haya detectado con anticipación es una prueba de que lo único que impide una catástrofe es un golpe de suerte». Los resultados muestran que el impacto de un asteroide es mucho más frecuente de lo que se pensaba hasta ahora y que somos muy vulnerables ante este tipo de peligros.
Localizar asteroides
Lu, junto con otros ex astronautas, la Fundación B612 y la NASA, entre otros organismos, trabajan actualmente en la detección de rocas celestes potencialmente peligrosas para la vida humana. La intención es localizarlas en el espacio, comprobar su velocidad y tamaño y calcular cuál será el recorrido a realizar.
Una vez realizados todos estos pasos, se pasaría a desplazar el recorrido del asteroide.