El jueves se halló, escondido bajo un árbol en un terreno de Torrebesses, una gran cantidad de cable telefónico cortado, y una patrulla de los Mossos comprobó que estaba cortado en tramos de poco más de un metro.
Ante la posibilidad de que fuera recogido en un turismo, montaron un dispositivo de vigilancia para identificar y detener a los responsables del hurto.
Cerca de las 2 de la madrugada detectaron un turismo de alta gama que iba a la zona y se paraba en el lugar del escondite, y los dos ocupantes comenzaron a cargar los tramos de cable.
Los agentes detuvieron a los dos hombres, de nacionalidad rumana y moldava, que se resistieron y agredieron a los agentes con uno de los tramos de cable.
Uno de los agentes resultó herido leve, y por eso a uno de los detenidos también se le acusa de un delito de atentado a los agentes de la autoridad.
Los Mossos creen que los 700 metros de cableado intervenido proceden de un hurto del 3 de febrero en un tramo de línea en Granadella, y la investigación continúa abierta para averiguar si los arrestados pueden estar implicados en sustracciones similares.