Anna, según ha informado el colectivo en un comunicado simboliza la fertilidad de los humedales, la fecundidad de la naturaleza. «Y a ella nos encomendamos después de ver como los sucesivos planes y promesas de las administraciones fracasan y sólo las fuerzas de la naturaleza permiten mantener la esperanza en la definitiva recuperación de Las Tablas», han añadido.
Durante este acto se ha leído un manifiesto en el que este colectivo ha lamentado la falta de resultados en las «costosas y estériles medidas» adoptadas para la salvación de este Parque Natural, así como que aún no cuenten con un plan que oriente su gestión.
Asimismo, han puesto de manifiesto lo que consideran una «falta de interés» en definir una reserva de la biosfera para el conjunto de la Mancha Húmeda «que sea válida para todos y modelo de desarrollo sustentable para el resto del mundo» y el agotamiento de soluciones por parte de las administraciones, «ocupados en salvar un sistema que es injusto con las personas y depredador con el medio».
Por ello, han decidido mantener las acciones encaminadas a divulgar el valor de lo que está en peligro con el objetivo de crear una conciencia colectiva de compromiso con la decisión que han tomado de conservarlas.
De este modo, han decidido «acudir apremiados a las fuerzas que rigieron en el pasado la relación del hombre con los demás seres de la naturaleza, a los seres invisibles del río, a los dueños de los peces, a los señores de la enea y el carrizo, al dios del trueno y de la lluvia y de manera peculiar a la deidad suprema del río, a Anna».
Así como acudir «atónitos y conmovidos con la esperanza de que sean esas fuerzas, en ausencia de la voluntad de los hombres, las que salven las Tablas, hagan manar de nuevo el agua de la tierra y aplaquen la infinita necedad humana».
Finalmente, los participantes en este acto –comprometidos con la conservación de los humedales como Las Tablas de Daimiel y con la Reserva de la Biosfera de »La Mancha Húmeda», han realizado un ritual en torno al majano.