Las dos próximas semanas son andaluzas. Empieza este domingo con las elecciones y acaban con el Domingo de Resurrección. La Semana Santa ha sido siempre un símbolo andaluz, lo que distingue este año de otros es que la anterior también lo sea. Estaremos quince días con noticias de la tierra de María Santísima: políticas y religiosas.
Las noticias políticas empezarán ya y nos acompañarán durante ese tiempo. El ruido de los tambores, el silencio de las “madrugás” y el grito de las saetas se confundirán con la algarabía de las reuniones de las diferentes fuerzas políticas. Las internas para tomar posiciones y las de unos con otros para sacar “tajá” de la situación.
PSOE-A y PP-A podrían bastarse para manejar la política andaluza
Hay dos partidos que lo pueden tener claro: PSOE-A y PP-A. Primero y segundo según las encuestas. Uno de los dos gobernará -con mucha probabilidad el PSOE- y el otro representará la oposición, seguramente el PP. Pero, en todo caso, eso no será sin acuerdos postelectorales.
¿Podría ser una Gran Coalición? ¿Un Gobierno en el que Susana Díaz sea Presidente y Juanma Moreno Vicepresidente? Eso daría estabilidad institucional y alejaría a los demás partidos a una oposición inoperante. Sin embargo, a la vista de las declaraciones en la campaña electoral, no parece verosímil.
Otra alternativa es la abstención del partido opositor más grande (el PP-A probablemente) que llevaría a que el otro gran partido gobierne en mayoría minoritaria (el PSOE-A). No harían falta más pactos. El resto de las fuerzas políticas con representación parlamentaria se quedarían para “vestir santos”, algo adecuado a una Semana Santa como la andaluza. Pero dejaría al PP con la llave de la estabilidad que podría utilizar en cualquier momento.
Sin el PP-A el PSOE-A lo tendrá complicado y el PP sin el PSOE también
Las otras modalidades de solución son más complejas. Para eso hace falta que el PSOE consiga el apoyo de otras fuerzas políticas. IU, el aliado útil hasta ahora, parece que no tendrá suficientes diputados para asegurar un Gobierno estable. Gobernar con Podemos es meter al lobo en el corral; un lobo cuyo objetivo es comerse el electorado socialista y, además, acusa al PSOE-A de ser parte de la “casta”. Aliarse con Ciudadanos es una situación parecida al pacto con el PP pero con menos diputados y una estructura orgánica menos fiable ¡Qué no se engañen¡ Podemos y Ciudadanos vienen para quedarse y sustituir a los dos grandes. Si les das una mano querrán quedarse con todo el brazo.
Por último, si Susana Díaz consigue gobernar puede utilizar la famosa “geometría variable” parlamentaria una vez sentada en San Telmo. Tener el apoyo unas veces de unos y otras de otros para sacar adelante los presupuestos y los proyectos legislativos, para evitar mociones de censura o derrotas parlamentarias. Un equilibrio inestable que le puede dar un susto en cualquier momento.
El PSOE-A sin el PP-A lo tendrá difícil, y los populares sin los socialistas imposible.
Deberían entenderse, por el bien de cada partido y por el de los andaluces ¿Serán capaces? Entre el domingo próximo y el de resurrección lo sabremos. La Semana Santa es propicia a los milagros. Pero incluso los más devotos pueden tomársela de vacaciones. En este caso políticas.