En una nota, los orientadores laborales han denunciado la «desidia y caótica gestión» de la Consejería de Empleo respecto al programa Andalucía Orienta, que «ha dejado en el abandono a 1,3 millones de parados andaluces y envía al paro año tras año a un millar de profesionales que dan apoyo, asesoramiento y formación a los desempleados».
Por ello, los orientadores laborales han instado a la Consejería de Empleo a «iniciar un proceso de negociación para encontrar una solución definitiva».
Además, reclaman «estabilidad, continuidad y profesionalización de los trabajadores y del servicio, mediante una normativa eficaz que permita la planificación y regule la cualificación, la baremación de méritos, los salarios, el funcionamiento y, en definitiva la calidad para los usuarios, evitando así los continuos recortes presupuestarios, retrasos en los pagos e interrupciones del servicio».
La presidenta de la Asociación de Profesionales Andaluces de Orientación Profesional (APAO), Maribel Piñeiro, ha incidido en la «absoluta precariedad, deterioro y maltrato del que está siendo objeto la orientación laboral en Andalucía, un servicio que se considera absolutamente imprescindible dentro de las políticas activas de empleo de la Administración, un servicio básico y de referencia para la población desempleada andaluza y muy valorado por los usuarios, y que sin embargo se ha venido degradando a causa de una gestión caótica basada en una improvisación continua y una falta de planificación».
Estos técnicos han recordado que el servicio de Andalucía Orienta «presta un servicio personalizado a los desempleados andaluces inscritos en el SAE y llega a todos los rincones de la comunidad andaluza de una forma eficiente y cercana».
Han asegurado que «se viene realizando de forma encomiable a total satisfacción de los usuarios desde el año 2003, pero a partir de 2011 se ha producido un deterioro a causa de los recortes presupuestarios», ante lo que han puesto de ejemplo la «reducción drástica» de técnicos de Andalucía Orienta, que «en sus primeros años llegó a contar con 2.000 profesionales de la orientación laboral y en la última etapa han pasado a ser sólo 1.000, encontrándose en paro todos ellos en la actualidad por la interrupción del servicio y el cierre actual de las oficinas».
Consideran estos técnicos que «el futuro no parece muy esperanzador pues tras la reunión mantenida el pasado martes con el secretario general de la Consejería de Empleo ya se ha anunciado que la próxima convocatoria sufrirá aún más recortes que la anterior».