Los investigadores de la Policía de Albuquerque han abortado un plan montado por dos aspirantes a asesinos a sueldo, que tenían sus ojos puestos en la mega estrella adolescente, Justin Bieber.
Lo que tenían planeado era secuestrarlo y castrarlo. El escenario que habían elegido para llevar a cabo su plan criminal era el Madison Square Garden de Nueva York, en el que Bieber tenía prevista una actuación.
Los investigadores dicen que Marcos Staake y su sobrino Tanner Ruane planeaban acabar con la estrella adolescente y otras tres personas, culminando así el plan que comenzaron a urdir hace mucho tiempo, en una prisión estatal cercana a Las Cruces.
En este recinto penitenciario Staake conoció a Dana Martin, un asesino convicto condenado a dos cadenas perpetuas por violar y matar a una niña de 15 años en el 2.000.
Plan criminal y sello asesino
Dana Martin reclutó a Staake -quien a su vez reclutó a su sobrino- para llevar a cabo cuatro asesinatos, una tarea que Staake debería llevar a cabo tras salir de prisión. La Policía dice que Martin había pedido a sus dos complices en libertad que en primer lugar fueran a Vermont y acabaran con dos antiguos conocidos.
El asesino condenado de por vida dio órdenes estrictas a Marcos Staake y su sobrino Tanner Ruane de que estrangularan a las víctimas con una corbata similar a las que usaba el propio Martin como tarjeta de visita en sus crímenes.
Pero el complot fue descubierto, y Dana Martin reveló a los policías que había un plan más ambicioso: la castración y posterior asesinato de Justin Bieber y su guardaespaldas. La razón es que Dana Martin está obsesionado con Bieber y según el canal KRQE 13 incluso tiene un tatuaje de la estrella en la pierna.
Staake fue detenido en Vermont cuando viajaba para llevar a cabo las matanzas, pero su sobrino se escapó. Posteriormente, y gracias a las llamadas telefónicas, la Policía de Nueva York arrestó a Ruane, quien tenía en su poder las herramientas para los asesinatos, entre ellas las tijeras de podar para castrar a Bieber.