Pablo Moreno García, fundador de Colegia.es, un portal dedicado a ofrecer viajes, actividades y transporte escolar para centros educativos., habla desde la experiencia que posee como emprendedor desde hace año y medio. Para él, “la nueva ley que se aprobado beneficia tanto a nuevos emprendedores, y a los que llevan un tiempo», y «la medida estrella, es no tener que adelantar el IVA de facturas no pagadas» aunque recalca que «no se hará efectiva hasta 2014 porque va con el año fiscal”.
Para el responsable de Colegia.es, también es «interesante que el autónomo no deba responder de la deuda con la vivienda habitual porque eso beneficia a aquellos que fracasan en su primer intento, para que no queden lastrados. Es separar el negocio de la casa”.
A pesar de la buena valoración general, a Moreno García le falta algo que resuelva los largos plazos de pago desde la administraciones: «el tema de los plazos de la administración ha mejorado mucho, pero a día de hoy, siguen siendo demasiado elevados y para un autónomo con un crédito, una factura puede acabar con el negocio”.
Desde la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), su presidente, Lorenzo Amor ha asegurado en una primera reacción que se trata de normas positivas porque «suponen oxígeno para los autónomos».
Amor ha destacado medidas sobre la responsabilidad patrimonial, la reducción de las cargas sobre los autónomos pluriempleados, o el pago del IVA y aunque ha añadido que ahora se «analizará todo tranquilamente porque se abre un período de reflexión» . Amor, también ha recalcado la puesta en marcha del portal Emprende3, que reduce «trámites de autónomos de 10 a 1».
José Villacís, profesor de la Universidad San Pablo CEU, pone de relieve que la ley no soluciona el problema de la financiación, el préstamo de dinero por parte de las entidades financieras: «se necesita un apoyo masivo de la financiación. Hay que poner en circulación el dinero, de lo contrario no saldremos de ésta». Según Villacís, la ley tampoco termina de resolver el problema de la burocracia, «al leer el capítulo sobre la internacionalización de la empresa y la economía española, todo parece más burocracia, casi peor que antes. En Estados Unidos se tarda 48 horas en crear un negocio», concluye.
En cambio, desde la CEOE, en un comunicado, se resalta el esfuerzo para recortar los tiempos de creación de una empresa: «en la actualidad, el tiempo medio para crear una empresa en España es de 28 días, un periodo superior al resto de países de nuestro entorno que se sitúa en 15 días (Alemania), 13 días (Reino Unido), 7 días (Francia) y 6 días (Italia)». Para la patronal «las medidas fiscales anunciadas van en la línea correcta y se corresponden en gran medida con reivindicaciones realizadas por CEOE. En concreto, la medida relativa a la aplicación del criterio de caja en el IVA para PYMES y autónomos no sujetos al régimen de módulos cuya facturación sea inferior a 2 millones de euros».
Desde el ESIC, Alicia Coronil, valora también muy positivamente la medida sobre el IVA así como la deducción de hasta un 20% en el IRPF para los
»business angels» (inversores no profesionales), aunque apunta que «faltan medidas en torno a la Seguridad Social. Habría sido deseable establecer «un sistema de cuotas a la Seguridad Social en función de la facturación de la empresa, durante los primeros años de vida, e independientemente de la edad del emprendedor». En todo caso para Coronil, la valoración es positiva y apunta que todas las medidas son positivas para la marca país.
Javier Pérex Agorreta, Profesor de Economía del UESE (European School of Economics) también realiza una valoración positiva puesto que «facilita la posibilidad de crear una empresa pequeña con menos coste y menos trabas» y eso es importante «ya que son las pequeñas empresas las que crean empleo». En todo caso, el profesor concluye que a pesar de todo, «en tiempos de crisis es muy difícil emprender. Los jóvenes se lanzan con poca experiencia, y una gran parte de las empresas de nueva creación no duran más de dos años. Las medidas aprobadas pueden ayudar pero un negocio debe ser viable y competitivo más allá de las desgravaciones», apunta.