Un grupo de huellas de dinosaurio de hace unos 112 millones de años ha sido trasladado al centro Goddard de la NASA, en Maryland, donde serán conservadas para su estudio. Hasta que se comience a proceder a su análisis, las huellas han sido recubiertas con un material de protección para evitar daños.
Estas huellas fueron descubiertas en agosto del año pasado por un conocido buscador de restos de dinosaurios, Ray Stanford. Los paleontólogos involucrados en el proyecto lograron dejar al descubierto la parte de roca en la que habían quedado impresas las huellas, y de esta manera protegerla haciendo moldes para preservar la parte superior.
Así, el complejo del Centro Espacial Goddard en Greenbelt (Maryland), en el que trabajan 7.000 científicos, ingenieros y empleados de la NASA, ha sido el escenario del hallazgo y de la recuperación de las huellas para su estudio. Se tratan de restos de un nodosaurus, un tipo de dinosaurio «acorazado que tenía púas en todo su cuerpo».
Pero en la zona también hay una huella de lo que podría ser un ornitópodo de tres dedos, también hervíboro como el nodosaurus. Asimismo, había otra huella de nodosaurus más joven, probablemente una cría en pos de su padre. El sedimento en el que se encuentran las tres huellas mide unos siete metros de largo y tres metros de ancho