El mapache es considerado especie invasora en Europa. El éxito de su expansión viene determinado por su alto potencial reproductivo, su gran capacidad de adaptación en diversos entornos y por la ausencia de predadores naturales. Muchos lo consideran una mascota tierna por su apariencia de peluche pero en realidad este animal es ágil, listo y voraz y su expansión por Europa y España conlleva la reproducción de enfermedades infecciosas y parasitarias, como la rabia, que ponen en peligro la salud de las especies autóctonas y la de las personas.
En España la presencia del mapache ya es habitual en estado salvaje en Madrid y Guadalajara, y de forma esporádica en otras regiones como la isla de Mallorca. Pero su presencia no es bienvenida puesto que suponen un riesgo a nivel sanitario.
Como afirma el medio SINC, la rabia y un parásito muy patógeno para el hombre (Baylisascaris procyonis) –encontrado en Alemania– son algunas de las enfermedades especialmente importantes relacionadas con el mapache. Pero a ellas se suman el virus West Nile–cuya infección afecta a humanos, aves y equinos–, así como enfermedades bacterianas. Además, el mapache es el hospedador definitivo del nemátodo Baylisascaris procyonis, responsable de la Larva migrans –enfermedad causada por la migración larvaria y persistencia de este parásito bajo la piel, en el cerebro y en otros órganos–, y emergente y en expansión en Europa –antes solo existía en América–.
En los últimos años se han identificado hasta 142 casos de rabia en mapaches, sobre todo en Ucrania, Estonia, Alemania y Lituania.
Por si fuera poco “Los mapaches infectados pueden liberar millones de huevos del nematodo B. procyonis, que se propagan y provocan una contaminación medioambiental importante”,
En la mayoría de los países europeos, como España, no se controla el comercio de este animal y el problema es que la gente piensa que es un animal inofensivo y esto se debe a la falta de conocimiento de la biología, ecología, distribución y densidad de población del mapache en Europa.