El sector hotelero es bastante sensible a los problemas de seguridad y a la inestabilidad social por la que pasa Barcelona en los últimos dos meses. El turismo ha caído entre el 30 % y el 40 % en la ciudad desde el aumento de la tensión política a raíz del desafío independentista. Algunos hoteleros están recurriendo al Big Data para solventar las cancelaciones y ofrecer unos servicios más personalizados que la competencia.
“Se trata de un negocio creciente, pero algo convulso. En noviembre publicaremos las perspectivas -micro y macro- para este invierno y, seguramente, van a ser más bajas que en los últimos años”, afirma Cayetano Soler, socio responsable de Turismo en PwC. La consultora lleva casi una década trabajando con la Confederación Española de Hoteleros y Asociaciones Turísticas (CEHAT) y en las temporadas de primavera, verano e invierno analizan el panorama de crecimiento del sector hotelero español.
La fuga de empresas no es el único problema de índole económico que se desprenden de la inestabilidad política y social por la que pasa Cataluña. Embajadas como las de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, entre otras, han avisado a sus ciudadanos de que las protestas contra las decisiones de los jueces y el Gobierno español se han convertido en algo habitual en la ‘Ciudad Condal’. El turismo ha caído y el Ayuntamiento incluso tuvo que celebrar la semana pasada una reunión de urgencia para abordar este desplome y la reducción en general del consumo.
Tanto es así que los hoteleros han comenzado a buscar otras vías para minimizar el impacto. “Gracias al Big Data se obtiene un volumen de información relevante y las cadenas que aprovechen la tecnología podrán afrontar mejor los momentos de inestabilidad y competencia”, asegura Soler.
Hasta ahora muchos hoteles se valían de los datos históricos internos para predecir el volumen de reservas o aplicaban sus políticas comerciales cuando estaban inmersos en el problema. Pero gracias al cruce de información interna y externa ya pueden anticiparse a lo que los clientes esperan de su estancia.
Anticiparse a las necesidades
“Se llevaba muchos años comentando, pero ahora ha empezado a ponerse en práctica: se trata de gustos, preferencias, necesidades y anticiparse a ellas”, manifiesta el experto de PwC. Se refiere a que las cadenas hoteleras tienen a su disposición todas las interacciones que los clientes tienen con ellas y con otras compañías, además del feedback del uso de los servicios. “Tenemos la información de esas personas durante las 24 horas del día”, subraya.
Cayetano Soler confirma que los hoteles que han puesto en práctica este método generan un mayor valor para sus clientes, sobre todo a la hora de ofrecerles elementos diferenciales: “Es vital conocer su grado de satisfacción”.
La tecnología también permite personalizar la habitación a gusto del usuario: nivel de luz, tipo de música, disposición dentro de la habitación, etc. “Estas circunstancias marcarán la diferencia del sector hotelero en el futuro. Y los millennials las demandan todavía más”, recalca Soler.
Precisamente los millennials no tienen fidelidad de marca o no la identifican como algo prioritario, sino que son propensos a cambiar de manera periódica y regular. Así, la reputación online es clave a la hora de hacer una consulta o una reserva. “Una opinión negativa puede condicionar al cliente aunque haya muchas otras positivas”, argumenta el responsable de Turismo en PwC. Anticiparse a sus voluntades, según Soler, suscitará que el cliente inicie su estancia con un juicio positivo sobre el hotel.
Pero el Big Data también puede aplicarse a la predicción de las reservas dependiendo del tiempo meteorológico o cualquier tipo de evento en la ciudad, permite agrupar a los clientes en grupos análogos y anticiparse a lo que van a consumir y, sobre todo, proporciona una mayor eficacia para que los servicios ofrecidos sean más eficientes.