Un bar de EEUU ya ha señalado que no dejará entrar en su establecimiento a aquellos que lleven puestas las nuevas gafas de Google antes de que salgan a la venta. El problema que esgrime el dueño del establecimiento es que se trata de un producto que puede atentar contra la privacidad de las personas, porque con las nuevas gafas de google no solo se puede grabar a la gente sin que esta se de cuenta sino también almacenar la información. Teinteresa se ha puesto en contacto con varios expertos en la materia para saber si Google se enfrentará a problemas legales tras su nuevo invento.
La Agencia Española de Protección de Datos es clara a la hora de responder la cuestión. «No podemos pronunciarnos sobre el funcionamiento de un dispositivo que aún no ha salido al mercado y del que se desconocen sus términos y condiciones de su uso. De ser ciertas las informaciones difundidas, es indudable que este proyecto va a tener importantes implicaciones desde el punto de vista de la privacidad. En todo caso, la Agencia, en el ejercicio de sus funciones y potestades, realizará el seguimiento y las comprobaciones necesarias para verificar el cumplimiento de la normativa española de protección de datos y garantizar los derechos de los ciudadanos», señalan.
«Tomar fotos a la gente por la calle sin su permiso es ilegal se haga con los que se haga», señalan los expertos
Por su parte, David González Calleja, director jurídico de Prodat cree que «a efectos de privacidad no hay ninguna diferencia con respecto a que alguien tuviera una cámara en el móvil o en cualquier otro sitio que pudiera verse menos y hacer una fotografía». Eso sí, especifica, «la facilidad que tienen las gafas es que la gente las puede llevar puestas en todo momento y será mucho más discreto y captar un vídeo o una foto».
«Pero más allá de eso, yo no veo ningún ataque a la privacidad distinto a lo que puede hacer cualquier móvil a día de hoy. Porque vamos si alguien te quiere hacer una foto por la calle, te la puede hacer perfectamente sin que te enteres, con el móvil o incluso con cualquier otro dispositivo que sea más pequeño o que tenga una cámara integrada, o lo que sea. Y lo de recopilar información que a lo mejor pueda recoger, pues es exactamente igual, en el fondo la diferencia es que se le pueda ver menos a alguien, puede ser, si ves a alguien con unas gafas de esas puestas, vas a tener más cuidado. Al final lo que depende es el uso que se haga de ello, evidentemente, si alguien se dedica a tomar fotos de la gente y a subirlas a Internet es una cuestión ilícita independientemente de que se hayan hecho con el móvil, con una cámara de fotos o con las gafas de google».
«En los sitios públicos, no está permitido grabar a nadie, sino son las fuerzas del cuerpo de seguridad del Estado, por cuestiones de vigilancia, y luego a parte pues los medios de comunicación pueden captar imágenes en lugares públicos por hechos noticiosos».
Diego Fanjul, abogado especialista en protección de datos, socio de Círculo Legal Mallorca señala que las gafas de Google, en realidad, no es que aporten una gran novedad, «lo único que yo veo diferente de la cámara de un móvil es que por ejemplo puede saber si están grabando o no porque está sujetando el móvil, o en algunas cámaras aparece un punto rojo. Con las gafas de Google, el problema está en que no sabes si te están grabando o no. La idea es que en principio, se generalizan dispositivos que son potencialmente peligrosos para la privacidad de los usuarios, y tenemos una nueva tecnología que nos plantea una serie de retos en relación con la privacidad».
«La agencia Española de Protección de datos, y en realidad, nuestra normativa considera la imagen, un dato de carácter personal, que como tal, está protegido por toda nuestra normativa, tanto por la ley orgánica como por su reglamento de desarrollo, y que en principio en la distribución o difusión de nuestras imágenes requeriría nuestro consentimiento. Hay excepciones, siempre y cuando la finalidad de las grabaciones sea fines de videovigilancia, es decir, en las tiendas, cumpliendo una serie de requisitos, no necesitan nuestro consentimiento».
Lo que replantea lo de Google, es que es una tecnología potencialmente «muy invasiva porque puede grabar sin que tú te des cuenta, y eso puede plantear un problema. El problema está en el uso que se puede dar a esa tecnología y para qué se utiliza. Piensa que actividades domésticas en principio no debería de haber problema. Pero esto es exactamente igual que el uso que le puedas dar tu a unas imágenes que grabes con tu móvil».
El problema que tienen las gafas es que permitirían grabar de modo totalmente inadvertido. «El tema está en el uso que se hace de la tecnología. A medida que se van introduciendo nuevas tecnologías y nuevas formas de tratar los datos y nuevas formas de cruzarlos, nos vamos a encontrar con riesgos potenciales, y es lo que nos está pasando ahora y cada día aparece algo diferente. Todo este tipo de tratamiento de información va a requerir primero la formación de los usuarios y sobre todo una concienciación de lo que es la privacidad y de la información que nosotros mismos estamos dando».
El asunto es el «uso que se haga de la tecnología y la concienciación que tengamos sobre cuáles son nuestros derechos. Antes éramos todos un poco ilusos respecto a la trascendencia que podía tener que alguien colgara una determinada foto en Internet, y ahora mismo ya no pensamos igual», añade Diego Fanjul.
El problema es la utilización de esta tecnología «te permite la captura y grabación de imágenes de manera inadvertida para los demás, y sobre todo la utilización que yo haga. Si yo con estas gafas me limito a grabar a mi hijo en el parque o a grabar la boda de un amigo, pues no habría ningún problema. Si yo las utilizo para grabar a alguien o para grabar una conversación inadvertidamente y luego utilizo la información para otras cosas sin su consentimiento, entonces estoy haciendo algo ilegal». La conclusión: hay que ser consciente de los riesgos que plantean las nuevas tecnologías.