El crimen de Asunta es el tema principal con el que abre la edición dominical el diario ABC. Una información de Cruz Morcillo destaca que «Los padres de la niña se confabularon para matarla».
Morcillo añade que los investigadores creen que Porto y Basterra diseñaron al milímetro el asesinato de la joven Asunta. Cuanta ABC que Alfonso Basterra comentaba con otros padres el viernes 20 de septiembre a las puertas del Instituto Rosalía de Castro de Santiago las extraescolares a las que iba a asistir su hija. ‘Parecían tan unidos como siempre’, señala otro periodista, padre de una compañera de clase de Asunta. Justo una semana después a la misma hora, Basterra y su exmujer Rosario Porto ingresaban en la cárcel de Teixeiro, acusados del homicido, ‘posible asesinato, a la espera de los resultados de Toxicología’, de su hija.
Los investigadores y el juez están convencidos de que la pareja se confabuló para cometer el crimen; que lo diseñaron al milímetro (pese a las evidencias recogidas junto al cadáver, unana cuerda y una colilla) y que estaban seguros de que nadie los iba a señalar como autores. El periodista y la abogada, profesionales, apreciados y aparentes padres amantísimos creían que estarían libres de sospecha. ‘Fue muy elaborado’, reiteran desde la investigación. ‘No tenemos laa certeza del móvil pero lo que se intuye es algo tan retorcido que nos revolverá las tripas’.
ABC relata un testimonio y una grabación dejaron en evidencia a la madre desde el domingo. Un vecino de la finca declaró a la Guardia Civil que vio salir a la abogada apresurada de esa casa cercana a Teo; le dijo que iba a buscar a su hija y el hombre le recomendó que encendiera las luces del coche porque ya era de noche. Porto no tuvo más remedio que reconocer que había estado sola en la finca para recoger unos bañadores de la niña (un detalle obviado en la denuncia), pero contó que había ido sola.
Una cámara de tráfico del centro de Santiago y otra de una gasolinera en el camino hacia la finca (hay más grabaciones) registran el paso del Mercedes de la letrada con su hija en el asiento del copiloto. En una de ellas, según los investigadores, la imagen es nítida.El visionado de las cámaras, junto a las mentiras de la letrada, precipitaron su detención, a las puertas del tanatorio de Santiago tras la incineración del cuerpo. A esas alturas, los forenses ya habían constatado que Asunta murió por asfixia, que no se había resistido (por la sedación) y probablemente había sido atada. El paripé de la madre continuó en los calabozos de la Guardia Civil. ‘Están equivocados. Yo no fui», repetía entre lágrimas, tras mostrarse más preocupada por los lamparones de la manta de la celda que por los hechos de los que la acusaban. Durante el registro de su casa se desmoronó tras oír gritos de ‘¡asesina!’: ‘Bueno, he mentido y tengo que decir la verdad’, soltó entre lágrimas. Y no volvió a abrir la boca.
Vacaciones en familia
Morcillo señala que tres días antes del crimen, la madre envió una nota al colegio: ‘La niña se encuentra muy mal. Tiene muchos vómitos. Ha tomado muchas pastillas. Espero vuestra colaboración cuando vuelva a clase’. Esa nota está en poder de los investigadores. Por la tarde, mandó un ‘sms’ a la profesora de ballet de Asunta. Le decía que la alumna estaba ‘K.O’ por tomar pastillas.
Salvo esos episodios, que lógicamente solo han cobrado relevancia tras la muerte, nadie del entorno había percibido una amenaza. La imagen de familia feliz persistía incluso tras la separación de los padres. Los investigadores se afanan en determinar qué ocurrió en julio. Ese mes, además de los incidentes descritos que han trascendido ahora, un hombre entró supuestamente en la casa de noche. Lo contó la madre en la denuncia y, según algunas fuentes, la niña se lo relató a una amiga diciéndole que la habían querido estrangular. Los investigadores indagan si pudo ser un asalto fingido.
Fuentes del entorno sostienen que la menor acudió a pedir ayuda a su padre y de ahí que la abogada pasara varias semanas ingresada en el área psiquiátrica de un hospital de Santiago. Los agentes saben que el exmarido estuvo cerca y la atendió durante ese tiempo. Ella contó que estuvo hospitalizada por el ‘Lupus’ que sufre, aunque quienes la conocen aseguran que se ha negado siempre a recibir trataatamiento convencional y acudía a un ho-homeópata. Tras la hospitalización, los tres pasaron varios días juntos en la playa, en la casa que Charo Porto heredó en Vilanova de Arousa.