«Oligarquía de hierro», «prácticas antidemocráticas», «personalismos», «autoritarismo», «posiciones muy firmes», son algunos de los adjetivos que algunos de los antiguos afiliados, una vez que se han dado de baja o han sido expulsados, habían dedicado hasta ahora a la forma de funcionar de Unión Progreso y Democracia.
La novedad ha sido que por primera vez las críticas han venido de alguien de dentro. O todavía de dentro. Su aún líder en Europa, Francisco Sosa Wagner ha destapado la caja de los truenos, por dos motivos. Primero por reabrir el eterno debate de la unión con Ciudadanos, y en segundo lugar por hablar de «prácticas autoritarias» y «posiciones muy firmes» de las que el partido debería «escapar». Cuando algunos de los antiguos afiliados e incluso fundadores del partido leyeron su artículo en El Mundo le auguraban muy poco tiempo en el seno de UPyD.
La respuesta no se ha hecho esperar por parte de la dirección del partido. Primero, su líder, Rosa Díez, que ayer atacó duramente a Wagner, reconoció estar dolida, volvió a negar un pacto con ciudadanos, y aseguró que las críticas sobre autoritarismo son injustas, más teniendo en cuenta que se le «ha permitido» escribir un artículo de esas características.
Pero para ataque el que le ha dedicado hoy la diputada Irene Lozano, que recientemente se ha incorporado, por decisión de Rosa Díez a la dirección del partido. El ataque es durísimo, como no se recuerda, y parece más dirigido a un contrincante lejano ideológicamente que a un compañero de partido. La periodista le recuerda que el fracaso electoral se puede deber al cabeza de lista (Él), le recuerda que le dejaron votar a favor de Juncker cuando la directriz era votar en contra, y le suelta la siguiente perla: «Quienes no comparten el criterio de la dirección lo pudieron decir hace nueve meses en el congreso de UPyD, aquél que tu presidiste», para finalmente acabar de decirle que es difícil igualarle en «mezquindad». Lozano le aconseja un poco de autocrítica porque, recuerda, que según el CIS, su campaña fue la peor y que sólo el 12% de los españoles le conoce.
De los primeros en irse: Boadella y Mikel Buesa
Así están las cosas en UPyD, revueltas, muy revueltas. Si repasamos un poco la historia podemos observar que las críticas de autoritarismo en el seno del partido han sido constantes desde su creación en 2007. De los primeros en irse fue Mikel Buesa, La «razón fundamental» del que fuera número dos por UPyD en las listas al Congreso por Madrid, para adoptar esta decisión es el «conflicto» que se vive desde hace «bastante tiempo» en el interior del partido a causa del «control férreo y autoritario» que un «grupo de personas» pretende imponer en el seno de la formación «anulando el debate político interno y la capacidad de los militantes de ser partícipes» en la política de UPyD. Recientemente Mikel Buesa se pasó a Vox. Albert Boadella que también estuvo en la formación del partido magenta se fue separando poco a poco del partido y pasó a apoyar a Ciudadanos, aunque bien es verdad que sigue defendiendo la unión de ambos partidos.
El goteo de bajas en UPyD ha sido constante en los últimos años. Según Gonzalo Sichar Moreno, exdirigente de UPyD y que llegó a sentarse en la ejecutiva del partido todo aquel que discrepa de la línea oficial «pasa al ostracismo». Este digirente calcula en 16.000 los afiliados que se han dado de baja desde 2007.
Otro exdirigente, Pedro Larrauri, da un dato en su blog muy interesante: el 80% de los fundadores de UPyD o han dejado el partido o ya no participan activamente en la formación. Es decir de los 127 del Consejo Político fundacional se han ido 103. Es decir sólo quedan 24. Larrauri, que fue coordinador de UPyD en Vigo y candidato a la alcaldía, denuncia que todo aquel que tiene una posición diferente acaba siendo expulsado. Esto lo escribió dos meses después de su «marcha» del partido. A juicio del autor del blog, Díez y sus “elegidos” del Consejo Político lograron aprobar un reglamento para el I Congreso de UPyD, celebrado el 20 de noviembre de 2009, que “les permitía gobernar su partido con un poder absoluto e incontrolable”. Este exdirigente cuenta además como se silenció en el segundo Congreso de UPyD el discurso de Fernando Savater, cuando en el primer Congreso se dio mucha importancia, al sugerir una coalición con Ciudadanos y al pedir que no pesaran los personalismos, en clara alusión a Rosa Díez.
Cuenta también que en la web de UPyD han retirado la foto del día de su fundación, precisamente por eso, porque muchos de los que firmaron el manifiesto fundacional ya no están en el partido. Entre quienes han decidido darse de baja de militancia se encuentran algunos de sus miembros fundadores, como Gerardo Hernández Les, Rodolfo Laiz, Ramón Ibarrola o Juan Espino.
Bajas en todas las Comunidades
En los últimos años han sido miles los afiliados que se han dado de baja del partido por su discrepancia con las ideas de la cúpula. Siete de los diez miembros del Consejo Local de Unión, Progreso y Democracia de Guadalajara, entre ellos el coordinador local, Francisco Lucas, se han dado de baja de esta formación política «por dignidad y honradez». Los motivos de esta bajan han sido «la nefasta y torticera toma de decisiones de la coordinadora territorial, Celia Esther Cámara». «Manejan el partido a nuestro juicio como una secta, un club de amigos al estilo tablao talaverano, pero como cualquier función teatral, tarde o temprano, se echa el telón y el final llega y la verdad asoma», añadió Lucas.
«¿Tantas personas estamos equivocadas que contamos lo mismo sin conocernos?», se ha preguntado Lucas, que ha añadido que «no somos indeseables como afirma Rosa Diez que solo queremos un cargo?».
«Nada más lejos de la realidad, solo tenemos que mostrar sumisión y no plantear ninguna queja para ir pasando de cargo en cargo dentro del partido», ha indicado Lucas, para quien «la que, al parecer, desea un cargo perpetuo es Rosa Diez, pues mucho hablar de los demás, pero es la única que lleva más de 30 años mamando de la ubre de los presupuestos».
Pierde a sus candidatos en León
En León, en los últimos meses han dicho adiós a la agrupación varias personas que en su momento habían concurrido como candidatos a las elecciones.
El primero en irse fue Juan Carlos Fernández, impulsor de San Andrés de 2010 y candidato a la Alcaldía. Esto fue en mayo de 2013. En junio anuncia su abandono Guillermo Martínez –número dos de la lista de UPyD al Ayuntamiento de León- mediante un comunicado plagado de críticas al partido. El último en mostrar su descontento ha sido el en su día candidato a la Alcaldía de Ponferrada, José Manuel Vidal, quien regresa a su anterior partido, el PSOE. Tampoco forma parte de UPyD Sadat Maraña, el número 1 de la lista del partido al Ayuntamiento de León.
El 85% de los afiliados de Armilla se van del partido
El 30 de enero la dirección nacional cesó a los tres ediles del partido por incumplimiento de los compromisos ciudadanos y deslealtad, concretamente a Sonia Vega, Manuel Megías Ortega y Juan Moreno Linares en un pueblo de Granada, Armilla. Según expresaron a través de un comunicado, las razones por las que abandonan el partido son, entre otras, la «falta de democracia interna de UPyD; la creciente toma de decisiones desde Madrid sobre actuaciones de la agrupación de Armilla, así como la falta total de autonomía».
Desbandada en Euskadi
En el último año han dicho adiós a la formación de Rosa Díez los cabezas de cartel de Álava a todas las elecciones, el máximo responsable de la organización en Euskadi y en Gipuzkoa, Nicolás de Miguel, y unas semanas antes de éste último, devolvió la cartera de UPyD Txema Vázquez. En periodos electorales, cuando de Miguel estaba en listas, él se encargaba de la organización en Euskadi.
Dimite toda la cúpula gallega
El hartazgo es tan grande que los miembros del Consejo Territorial de Galicia de Unión Progreso y Democracia (UPyD), incluido el coordinador en la Comunidad, Gonzalo Fernández Piñeiro, presentaron su dimisión el pasado diciembre en forma de protesta «por el trato recibido por parte de dirigentes» del partido de Madrid. Según fuentes próximas a la organización en Galicia, aunque los hasta ahora miembros de la cúpula gallega de UPyD dimiten, «manifiestan que siguen siendo afiliados», y esperan que «su gesto sirva para que el Consejo de Dirección de UPyD tome medidas que rectifiquen la marcha del partido».
El pasado junio, el candidato a la presidencia de la Xunta por UPyD, José Canedo, abandonó la formación política. Su renuncia se suma a la de Juancho Chouza, exesponsable de Redes Sociais del Consejo Territorial de Galicia. Canedo se mostró disconforme con la forma de llevar la dirección de UPyD en Galicia, que tacha de «desastrosa».
Sólo quedan la mitad de afiliados en Cantabria
La crisis interna acabó con la salida en bloque de 36 miembros del sector ‘crítico’ en Cantabria y deja al partido con poco más de 40 militantes en agosto. Cerca de la mitad de los 81 afiliados de UPyD en Cantabria decidieron darse de baja del partido. La crisis interna que atraviesa la formación, con dos facciones enfrentadas por la estrategia de crecimiento y denuncias cruzadas entre los militantes, va camino de llevarse por delante un proyecto político que, según todas las encuestas, podría entrar en las principales instituciones públicas en las próximas elecciones.
Valencia, en el límite
Es la única región -a excepción de Madrid- con representación en el Congreso, a través del actor Toni Cantó. Pero las voces de alarma ya suenan por la ciudad del Turia. Muchos militantes díscolos no están de acuerdo con lo que piensan en la sede nacional y han asegurado que muchas de las cabezas pensantes de Valencia sólo buscan »amistades» para las generales.