Como en casa en ningún sitio y eso también se aplica a la dieta de los más pequeños. Según una investigación llevada a cabo en la Universidad de Montreal, en Canadá, los niños que van a la guardería tienen un 50 por ciento más de probabilidades de padecer sobrepeso que aquellos que son criados por los padres hasta los cuatro años.
El motivo principal de este exceso de kilogramos se debería a una alimentación poco equilibrada y a una ausencia de ejercicio físico. Sin embargo, dejar a los hijos con algún familiar o con la persona de servicio también genera los mismos efectos negativos.
En la investigación, en la que participaron 1.649 familias con hijos nacidos entre 1997 y 1998 en Québec, se observó que aquellos niños que habían ido a la guardería entre los 18 meses y los cuatro años tenían un 50 por ciento más de posibilidades de sufrir sobrepeso entre los cuatro y los diez años que aquellos que habían sido cuidados en casa por sus padres.
A las madres se las preguntó por el cuidado de los más pequeños al año y medio de nacer, a los dos años y medio, a los tres y medio y a los cuatro, y se analizó el tiempo que habían pasado en la guardería, con un miembro de la familia, una cuidadora, o con los padres.
Durante los seis años siguientes, los expertos analizaron el peso y la altura de los niños y se dieron cuenta de que se daban notables diferencias entre aquellos cuidados por una persona alejada del entorno familiar más directo. Por lo tanto recomiendan a los padres vigilar la alimentación de sus hijos y asegurarse de que realizan algún tipo de actividad física para poder prevenir problemas de peso.