Se cumplen 20 años desde que la ONU nombrara a 1994 el Año Internacional de la Familia. Con motivo de la efeméride, el Instituto de Política Familiar (IPF), ha realizado una recopilación de datos extraídos de Eurostat en un informe terriblemente sugerente para tener ideas y afrontar cambios. No sólo en España, sino desde el seno de la UE.
«Europa vive en un invierno demográfico» en el que cuando se habla de familia, probablemente la primera palabra que se viene a la cabeza es ‘crisis’. Problemas económicos, políticos y sociales que la hieren pero no de muerte. Es una de las conclusiones que se puede extraer leyendo el informe ‘Evolución de la Familia en Eurpoa 2014, de IPF.
La familia sigue siendo la institución mejor valorada por los españoles y también por la mayoría de los ciudadanos del mundo. El barómetro del CIS la sitúa siempre por encima del 9 en una escala de 0 a 10. Además, para el 83,3% de los encuestados en este indicador, el entorno familiar es el aspecto más importante de sus vidas junto a los amigos.
Una de las variables que ha analizado IPF en el estudio presentado este martes en Madrid es la natalidad, muy baja en todos los Estados miembro de la Unión. En 2012, la mitad de los países europeos tuvieron un crecimiento natural negativo, solventando el crecimiento poblacional los factores migratorios en casos como los de Reino Unido y Alemania.
España, el tercer país donde menos hijos se tiene
España es uno de los países donde menos hijos se tiene: 1,32, sólo por debajo de Portugal y Polonia. Se encuentra lejos del 1,58 que muestra la tasa de fecundidad de los 28 Estados miembro. Sin embargo, la media de hijos deseados por los europeos se sitúa en 2,3, por encima del 2,1 hijos por mujer necesario para garantizar el crecimiento natural. Este hecho refleja que la población sigue estando interesada en formar una familia y en tener una descendencia alta.
Otro dato que apoya esta teoría es el hecho de que siga habiendo más matrimonios estables que uniones nupciales que acaban en divorcio. Las rupturas matrimoniales han aumentado espectacularmente en las últimas décadas en el viejo continente. España es el país donde más hacrecido el número de divorcios en Europa, concretamente el 227%. Sin embargo, anualmente por cada dos matrimonios que se rompen, se crean tres en nuestro país.
Otro motivo para la esperanza dentro del maratoniano listado de datos negativos es el interés creciente que muestra la Unión Europea y algunos de los países que la componen en cuanto a las políticas familiares. El informe presentado hoy en Madrid por Eduardo Hertfelder y Mariano Martínez Aedo, presidente y vicepresidente de IPF, fue expuesto el pasado 13 de noviembre en el Europarlamento. A la cita acudieron 50 de los 751 parlamentarios. «Nos dijeron que con que fueran más de cuatro, podríamos considerarlo un éxito».
Europa se ha dado cuenta que debe reaccionar ante los retos demográficos que instaurados desde hace décadas, y que pueden hacer peligrar el Estado del bienestar y el modo de vida del que se disfruta en la actualidad en el viejo continente. Una vez se ha sido consciente del problema, se necesita atajarlo.