“Conectar adultos dispuestos a compartir sus pasiones con niños llenos de ganas de explorar mundos nuevos”. Con esta idea nace ‘Teach a talent’, una plataforma a través de la cual los más pequeños pueden probar entre un amplio abanico de actividades para saber en qué destacan, qué les llama la atención, o incluso a qué les gustaría dedicarse de mayores.
Nuria Pérez, publicista con amplia experiencia internacional, llevaba dos años dando vueltas a una idea, hasta que se decidió a presentarla el pasado 2 de junio en TEDxMadrid, un evento anual en el que importantes pensadores y emprendedores comparten lo que más les apasiona.
Actualmente enseña ‘Pensamiento creativo’ en la empresa en la que trabaja y ofrece conferencias en varias escuelas, por lo que está muy en contacto con los padres. Las numerosas dudas sobre cómo encontrar el talento de los hijos fue el principal motivo que le llevó a lanzar ‘Teach a talent’.
La plataforma actúa como intermediaria entre los profesionales, todos voluntarios, y los padres. Aquellas personas que quieran enseñar su oficio a los más pequeños tienen que pasar antes una serie de filtros impuestos por ‘Teach a talent’ para hacerse ver en la web. “Siempre miramos que estén presentes en las redes sociales. A través de facebook sabemos cómo son sus amigos, en LinkdIn vemos su trayectoria profesional, y en Twitter seguimos lo que hacen.
Si podemos quedar con ellos lo hacemos y, además, buscamos referencias”, indica Nuria. Además, cada vez que una familia se pone en contacto con un voluntario, desde la plataforma se pide un feedback a los padres para conocer su grado de satisfacción.
Una vez ya presentes en ‘Teach a talent’, los voluntarios sólo han de esperar a que un padre o un hijo al que le ha llamado la atención su oficio se ponga en contacto con ellos. Vía Skype, webcam, o incluso de manera presencial, los profesionales y los niños comparten experiencias para averiguar si existe un talento oculto en vías de desarrollo.
“Se trata de enseñar cosas que no son de fácil acceso para los más pequeños. Además, en lugar de gastarse una fortuna en clases extraescolares, los padres, en un momento, pueden saber si a su hijo le gusta la guitarra o las manualidades, por ejemplo”, explica Nuria.
Los profesionales que ofrecen sus servicios de manera desinteresada responden a una amplia variedad de posibilidades. Los niños pueden acceder a fábricas de caramelos, de jabones, tiendas de artesanía y contactar con músicos, periodistas, costureros, economistas e incluso meteorólogos. Actualmente ya hay más de cien voluntarios.
La plataforma está presente en Hispanoamérica, África y Europa, y en septiembre también en Estados Unidos. “Hace poco una madre que se dedicaba al vidrio en Buenos Aires explicó su oficio a una niña gallega vía Skype”, indica Nuria.
El perfil del voluntario es muy variado. Abuelos, universitarios, parados, freelance, recién licenciados, en definitiva, personas que tienen una gran pasión y que quieren compartirla con el resto.