Es una de las compañías más representativas de Alemania y uno de los mayores grupos mundiales del sector de la automoción. Propietario de marcas tan conocidas como Audi, Volkswagen, Seat, Skoda, Porsche, Lamborghini, Scania, MAN, Ducati o Bugatti, el pasado año el Grupo Volkswagen facturó en todo el mundo 197.000 millones de euros y tiene una plantilla de unos 570.000 empleados.
En nuestro país, Volkswagen-Audi España cuenta con 350 empleados y en red de casi 200 concesionarios trabajan cerca de 8.000 profesionales.
Ramón Paredes es vicepresidente de Seat. Un hombre hecho así mismo que comenzó a trabajar en la escuela de aprendices de Seat hace 43 años procedente de su Don Benito natal (Badajoz) y que ha ido escalando todos los puestos de la organización hasta llegar a la vicepresidencia.
Paredes ha explicado en la jornada La creación de empleo juvenil: formación y desarrollo de capacidades, organizada por IESE Business School en Madrid, que antes en nuestro país en este tipo de centros se mezclaba la teoría y la práctica, algo idóneo porque «en España somos campeones de la teoría y de no llevarla a la práctica».
Apuesta por la FP
Paredes ha explicado que la Formación Profesional no es un fin en sí mismo, sino un camino en el que la FP Dual ha ido perfeccionándose con el paso del tiempo en Alemania, modelo que tiene implantado Seat internamente. «Muchos empresarios consideran que la formación es un gasto y no una inversión, pero las compañías deben apostar por ella«.
El vicepresidente de Seat ha destacado que el Grupo Volkswagen, siempre que abre una fábrica en un nuevo país sin Formación Profesional, antes pone en marcha su propia escuela de formación. «Cuando has preparado bien a las personas, formas empleados fieles a la empresa y ésta a su vez aplica toda la flexibilidad que sea necesaria para no tener que desprenderse de ellos», ha subrayado.
Además, aunque saliese de la organización, según Paredes una persona con un oficio de este tipo siempre tendrá trabajo, en una compañía o en otra. «Alrededor de la FP siempre hay éxito. El problema es que no nos lo creemos», ha concluido.