La implicación de los padres es uno de los cinco factores que más influyen en el rendimiento académico.
El Consejo Escolar del Estado ha promovido un informe, La participación de las familias en la educación escolar, que reúne una serie de recomendaciones para mejorar el rendimiento de los escolares españoles.
Hay consejos para los padres, para las administraciones públicas y también para los centros escolares, con el objetivo de fomentar y facilitar el papel de los padres en la mejora de los resultados académicos de los estudiantes, desde la etapa de Educación Infantil hasta Secundaria.
Para llevar a cabo esta minuciosa investigación, de 228 páginas, se han realizado entrevistas a más de 200 directores de centros educativos, más de 700 profesores y unas 13.000 familias españolas.
Estas encuestas se han comparado con los resultados de alumnos de cuatro países europeos (Alemania, Bélgica, Italia y Portugal) en el informe PISA del año 2012, que incluía una encuesta a las familias sobre su implicación en los estudios de los hijos. España no participó, pero los coordinadores de la investigación han asegurado que los resultados no deberían ser muy diferentes aquí cuando se realice esta encuesta en el próximo estudio PISA, el año que viene.
El Consejo Escolar del Estado es un órgano consultivo y de participación territorial y sectorial de todos los agentes involucrados en el sistema educativo, dependiente del Ministerio de Educación. Y estas son sus recomendaciones para los centros educativos:
8 recomendaciones para los centros educativos
— Considerando el importante papel que puede desempeñar la implicación de los padres, los centros educativos deberían favorecer este tipo de actuaciones facilitando a las AMPAs los espacios, el apoyo y el asesoramiento adecuados.
— Una formación de calidad en materia de participación familiar dirigida al profesorado tiene tanta importancia como en el caso de las familias. El desarrollo de actitudes y de conocimientos relativos al impacto del papel de los padres en el rendimiento académico y en el clima escolar deberían formar parte del programa formativo del profesorado y ser tenidos en cuenta en la elaboración de sus proyectos educativos.
— Los centros y su personal docente y no docente deberían contribuir a la creación de un clima cooperativo que alimente un compromiso efectivo entre familia y centro. Desde un conocimiento fundado, una actitud profesional abierta y generosa, y la convicción de su utilidad en beneficio del alumnado.
— La investigación ha revelado la importancia del sentimiento de pertenencia para la participación de los padres, siendo la que mayor impacto tiene sobre el rendimiento escolar. Por ello, los centros deberían idear y aplicar estrategias destinadas a estimular ese sentimiento en las familias.
— Los centros deben adaptarse a su contexto, pues el profesorado y su dirección son los que mejor conocen las características de las familias, sus condicionantes socioeconómicos y culturales, y su disposición a participar. Los situados en entornos socialmente desfavorecidos deberían prestar una especial atención a la implicación de las familias para contribuir a la mejora del clima escolar y del rendimiento del alumnado.
— La regulación de la participación de los padres a través de los Consejos Escolares no basta para promover una participación efectiva de las familias, generadora de resultados educativos y académicos. Por ello, los centros no pueden conformarse con un enfoque burocrático o puramente formalista y han de ser capaces de aprovechar todo el potencial de mejora que se alberga bajo una adecuada implicación de los padres.
— Los efectos de la implicación de las familias sobre el rendimiento educativo aumentan sobre todo en la etapa de Secundaria. Por ello, esto centros deberían impulsarla mediante estrategias e instrumentos adecuados.
— Líneas de acción eficaces para lograr estos objetivos: establecer mecanismos ágiles de información, facilitar las consultas de las familias y las reuniones con los tutores en una atmósfera de confianza mutua e, incluso, suscribir formalmente contratos entre familia y centro educativo en los que se reflejen, por escrito, los compromisos de ambas partes en beneficio del progreso escolar de los alumnos.