Limpiar los bienes o comunes o ayudar a los más desfavorecidas son algunas de las labores sociales que, a partir del próximo curso, podrán realizar los jóvenes que hayan sido expulsados de sus centros educativos en la Comunidad de Valencia.
La conselleria de Educación va a poner en marcha una iniciativa voluntaria y opcional tanto para los padres como para los ayuntamientos que consiste en que los estudiantes efectúen trabajos comunitarios durante el tiempo que hayan sido apartados de sus clases.
De este modo se pretende que los alumnos aprovechen su tiempo y continúen aprendiendo. Los trabajos sociales se establecerán dependiendo de las necesidades de cada consistorio. Además, Educación también estipulará varias categorías de actividades en función de si el alumno es reincidente en su expulsión o se trata de la primera vez.
La normativa se enmarca dentro del nuevo contrato familia-tutor por el que las familias deberán comprometerse a cumplir prácticas y objetivos que favorezcan la calidad educativa de sus hijos. De hecho, una de las cláusulas de contrato dará a los padres la posibilidad de aceptar que sus hijos realicen labores sociales en su localidad en el caso de ser expulsados del centro.