Según el secretario de Educación del Gobierno inglés, Michael Gove, los aumentos automáticos de sueldos para los profesores serán desechados por el Gobierno de Cameron. A partir de septiembre, las subidas salariales anuales, que llegaban a los 2.000 euros, ya no serán garantizadas sino que dependerán del rendimiento personal.
Todos los maestros se enfrentará a partir de ahora a evaluaciones anuales para decidir sus incrementos salariales, dando a los responsables de cada institución casi total libertad para decidir el tipo de subida. Gove cree que el nuevo sistema mejorará la calidad de la enseñanza en las escuelas públicas y aumentara los demás estándares.
El gobierno está decidido a enfrentarse al Sindicato Nacional de Profesores, que amenaza con una huelga por la reforma para este mes de marzo. Los profesores, por su parte, creen que las evaluaciones conducirán a «injusticias y discriminaciones». En la actualidad, los maestros ascienden por antigüedad, un sistema que, según el Gobierno, ha permitido que a larga los más motivados no tengan recompensa.
Existe ya una relación entre la remuneración y el desempeño de personal docente de alto nivel, que se va a reforzar y se va a extender a todos. En lugar de salarios específicos relativos a la duración del servicio, la remuneración se fijará dentro de bandas anchas, que todavía se están negociando a nivel nacional. El Gobierno quiere que los salarios progresen según el rendimiento y apuesta por un órgano independiente de revisión salarial.
El ejecutivo británico cree que «esto será particularmente importante para las escuelas en las zonas más desfavorecidas, ya que es clave darles la posibilidad de atraer y contratar a los mejores maestros«.