¿Escuelas diferenciadas o mixtas? Esta es una pregunta que se están haciendo en los últimos años padres de todo el mundo. Las escuelas mixtas en los años 70 favorecieron la igualdad entre los hombre y las mujeres, sin embargo ahora, en el siglo XXI, se plantea la pregunta de que las escuelas diferenciadas son mejores para la educación de los niños.
En España el asunto vuelve a estar de actualidad. Una nueva sentencia de la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo (TS) ha vuelto a dar la razón a los nueve centros de educación diferenciada por sexo existentes en Andalucía, fallando a su favor y reconociendo su derecho a concierto tras desestimar el recurso de casación interpuesto por la Junta de Andalucía contra la decisión del Tribunal Superior de Justicia andaluz (TSJA) de anular, por no ser conforme con el ordenamiento jurídico, la resolución autonómica que denegaba el convenio, en este caso, al colegio femenino »Ribamar» de Sevilla a partir del curso 2014-15.
Los detractores de la educación diferenciada argumentan que perjudica la integración social de chicos y chicas y que mantiene estereotipos sexistas. Insisten en que se les debe retirar la subvención pública, conforme dicta la ley.
La Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos (Confapa) destaca que no entienden la escuela diferenciada porque académicamente no ayuda a los alumnos a mejorar las notas. Su presidenta, Guadalupe Pinas, explica que este tipo de colegios están basados en un pensamiento sexista y que esta separación por género puede crearle a los niños problemas de convivencia a una edad más adulta. “Creo que este tipo de educación es más ideológica que educativa, ya que normalmente los colegios que la aplican tienen un cierto carácter católico. No existe una manera maravillosa de enseñar que asegure el éxito de los alumnos por lo que no creo que la educación diferenciada pueda aportarles mayor nivel educativo”.
“El factor estructurador de una clase es el sexo”
El profesor de la facultad de educación de la Universidad Internacional de Catalunya y coordinador de la web diferenciada.org, Jaume Camps, tiene un punto de vista muy diferente. “En una clase el factor estructurador y socializador de esa clase es el sexo. El género es el factor de entorno más potente”, afirma este experto. Camps señala que en una clase en la que hay niños, niñas, alumnos de diferentes creencias religiosas o extracto social, el factor más fuerte que diferencia a unos y a otros es el sexo. “Es lo que estructura la clase. Hacer una clase mixta te condiciona y te dificulta una serie de cosas”, apunta.
Las ventajas de la educación diferenciada según este experto son que “cuando el niño entra en un aula diferenciada se da cuenta de que entra en un entorno distinto del que hay fuera de la escuela. Esto es muy importante porque de alguna manera la escuela tiene que superar a lo que se hace en la sociedad. No tiene sentido repetir en la escuela lo que hay en la sociedad. Esto es muy importante porque a veces la sociedad deseduca y este tipo de aspectos no nos interesan para la educación”.
Jaume Camps explica que los niños llevan al colegio cosas que han visto en el entorno familiar, en la tele… “esto supone un problema porque si entran en la escuela y piensan que es lo mismo que hay fuera es muy difícil que la escuela pueda educarlos. Sin embargo, el hecho de que entren en un aula y se encuentren que solo hay un sexo, se crea una atmosfera diferente en la que se pueden potenciar cosas diferentes. Para que un niño aprenda tiene que hacer cosas que no sabe hacer y para ello necesita equivocarse. Entonces es muy importante que el entorno sea muy positivo y que esté protegido de las burlas de los compañeros. Las diferencias de sexos hacen que se formen dos bandos, dos culturas y eso genera dificultades a los chicos y chicas para expresarse con naturalidad. Para hacer cosas que todavía no saben hacer”.
Este experto cuenta su experiencia con niños que han estado en ambos tipos de colegios. “Cuando he hablado con niños que han pasado de la escuela mixta a la diferenciada se han sentido liberados. Estos jóvenes me han comentado que se han encontrado con un entorno facilitador del aprendizaje porque las presiones de género han desaparecido. Pueden ser ellos mismos porque las presiones de sexos han desaparecido y en clase los niños ya no se preocupan por mantener su rol de chicos y las chicas el suyo”, señala Camps.
Los estudios avalan que la educación diferenciada está un poco por encima de la mixta
Este profesor afirma que en 2005 se cogieron todas las investigaciones que había hasta el momento sobre los dos tipos de enseñanza. Se llegó a la conclusión de que en todos los aspectos educativos la educación diferenciada y la mixta estaban igual, aunque la diferenciada estaba en algunos casos algo por encima.
Jaume Camps defiende las escuelas diferenciadas con este gráfico ejemplo: “Cuando en un colegio mixto se hace una obra de teatro los roles están muy marcados. Las niñas, por ejemplo, se van a encargar del vestuario y los niños del montaje del escenario. La diferencia es que en un colegio diferenciado tanto las niñas como los niños harían las dos cosas porque al no haber diferencias de género no hay roles establecidos. En el caso de la escuela mixta se transmite que hay profesiones para mujeres y para hombres, cuando ambos pueden hacer lo mismo”.
Una diferencia que tiene sentido solo hasta cierta edad
Las diferencias de sexos no tienen que durar hasta la universidad. Juame señala que los niños tienen que ir a un colegio diferenciado hasta que tiene la madurez suficiente para superar las presiones de género. “Creo que lo ideal sería que fueran a un colegio diferenciado en primaria y en la ESO. En bachiller y en la universidad sería una educación mixta. Una vez que se mezclan los niños no tienen muchas dificultades para adaptarse porque no es un problema. El mundo es mixto y en la televisión o en casa lo han visto. Lo que estamos creando en el espacio educativo es la posibilidad de tener otro entorno que nos facilita la educación, el conocimiento del otro sexo se da en la vida real”, destaca este experto.
Camps concluye señalando que cuando llega la hora del patio en la escuela mixta los niños son los primeros que se dividen en sexo, “eso quiere decir que el aula mixta no es natural. Hay una situación forzada porque les das libertad y se separan. La escuela mixta se ha implantado porque en su momento ayudó a la igualdad entre hombres y mujeres, pero una vez superada esta barrera se puede ir más allá”.