El pasado 4 de marzo, el ex presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, declinaba amablemente la invitación para comparecer en la comisión de investigación de la CAM. Ahora, ha vuelto a ser citado después de que la nueva presidenta del policía bursátil no haya encontrado objeción ninguna a su presencia en el parlamento autonómico valenciano.
Y es que en el poco más de un mes que ha transcurrido desde la negativa de Segura han pasado muchas cosas que han dado un vuelco radical a la percepción que tienen los ciudadanos –afectados o no- del gran escándalo financiero que ha rodeado al proceso de reestructuración del putrefacto sistema financiero español.
Entre otras, un informe de la misma institución que presidía que demuestra que la estafa de las preferentes de Bankia alcanza dimensiones planetarias. No es ya que colocaran productos de alto riesgo a miles de inversores que desconocían en qué tipo de trama les estaban metiendo; además, había un mercado paralelo y fraudulento que mantenía artificialmente los precios de ciertas emisiones, perjudicando a unos inversores y favoreciendo a otros.
Un atraco a mano armada, para entendernos, éste de las preferentes –que tiene atrapados a 150.000 inversores-, como lo fueron las cuotas participativas de la CAM, o las salidas a bolsa de Bankia o Banca Cívica, está última tapada porque La Caixa compró el muerto. Pero muchos aspiraban a irse de rositas. Menos mal que las revelaciones de la CNMV –una de las pocas evidencias de que no todo está perdido- van a contribuir a poner las cosas en su sitio.
Ya se verá hasta qué punto, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que quienes miraron hacia otro lado, gestionaron siempre a favor de los bancos sin respetar nunca su compromiso de independencia y han basado toda su estrategia en echar la porquería al de al lado ya no podrán ejercer su derecho al escaqueo, como Segura.
A estas horas, la estrategia del Gobierno para pasar página en el caso de la preferentes con las condiciones para el arbitraje que hoy mismo debe fijar la comisión de seguimiento está dinamitada. ¿Cómo vender que no hay que acudir a los tribunales cuando la oleada de querellas que ha seguido al informe de la CNMV está exigiendo responsabilidades al ex gobernador del Banco de España o al propio Segura?
Y también a las empresas de servicios financieros que dieron por buenos los precios de emisión de las preferentes, y las antiguas cajas de Bankia y sus directivos, Miguel Blesa incluido. No falta nadie. Con estos precedentes, cómo va a poder vender el Gobierno que hay que acudir al arbitraje porque es más barato y más rápido. Sorprende el silencio oficial del Gobierno, que intenta sofocar con un vaso de agua un fuego que está completamente descontrolado.