Un jugador que ya no está entre nosotros, pero que siguió aprendiendo toda la vida hasta el punto de que está considerado uno de los eruditos más importantes del fútbol fue Sócrates. El maestro brasileño del mediocampo poseía un doctorado en Medicina. El ‘doctor Sócrates’ se negó a jugar al fútbol profesionalmente hasta no haber terminado sus estudios, lo que sucedió cuando tenía 25 años, y practicó la medicina en la ciudad brasileña de Ribeirao Preto tras abandonar los terrenos de juego en 1989.
“Estoy conociendo a gente que sufre muchísimo y también a otros que se encuentran en el extremo social opuesto y lo tienen todo”, explicó Sócrates a la BBC cuando ya ejercía de médico. “Puedo ver los dos lados de la sociedad en la que vivimos”. Una historia similar nos la ofrece el defensa del Celtic Jim Craig, quien llegó a los Bhoys con la condición de amateur porque cursaba estudios de dentista en la Universidad de Glasgow. Cuando terminó la carrera se hizo futbolista profesional y levantó la Copa de Europa en 1967.
Además de Sócrates, en el mundo latino hay numerosos futbolistas que se dedicaron a estudiar mientras jugaban al fútbol, entre los que destaca una pareja distinguida que causó sensación con su club y en sus estudios. Carlos Bilardo y Raúl Madero fueron hombres decisivos en aquel Estudiantes (¡el nombre les iba como anillo al dedo!) que ganó tres Copas Libertadores consecutivas a finales de la década de 1960. Ambos se hicieron médicos.
Bilardo guió como seleccionador a Argentina hasta dos finales consecutivas del Mundial (1986 y 1990), y ganó la primera de ellas. Madero forma parte actualmente de la Comisión Médica de la FIFA y antes, en calidad de médico, colaboró con su antiguo compañero de equipo en la selección de Argentina durante los Mundiales mencionados anteriormente.
‘Pirri’, Butragueño y Sanchís, los licenciados españoles
Dos de los famosos integrantes de la ‘Quinta del Buitre’ del Real Madrid, Emilio Butragueño y Manolo Sanchís, se licenciaron en Ciencias Económicas y Empresariales y, a continuación, cursaron estudios de máster: Butragueño en Gestión de Entidades Deportivas, y Sanchís en Negocios Internacionales. Un jugador perteneciente a una época anterior del conjunto merengue, José Martínez Sánchez, más conocido como Pirri, ganó diez títulos de liga con el Madrid entre 1964 y 1980 antes de doctorarse en Medicina y trabajar en el cuerpo médico del club en la década de 1980.
En Portugal, el club Académica de Coimbra, ciudad sede de una de las universidades más antiguas del mundo (fundada en 1290), poseía equipos formados completamente por alumnos de este centro del saber. La tradición duró hasta mediados de la década de 1970, pero el club mantiene el apodo Estudantes (‘estudiantes’) y su principal base de simpatizantes hasta nuestros días la integran los alumnos de la Universidad de Coimbra.
No sólo el fútbol masculino cuenta con jugadores estudiosos. Eniola Aluko hizo el examen de Historia de bachillerato superior la mañana del día en el que se enfrentó a Dinamarca con Inglaterra en un partido de grupos de la EURO Femenina de la UEFA 2005. Aluko, que por entonces contaba 18 años, empezó el partido sentada en el banquillo y saltó al terreno de juego en la segunda parte. “Jamás pondría en segundo plano mi educación, porque es la piedra angular de mi futuro”, explicó Aluko a la BBC. “Pero el fútbol es mi pasión, mi elección y mi forma de vida”.
El doctor Pablo Alfaro, el periodista Julen Guerrero y el historiador Koikili otros recientes
Una vez que un futbolista se retira, si no quiere seguir vinculado al fútbol es el momento de desarrollar una vocación que la práctica des balompié al más alto nivel no les ha permitido desarrollar. Entre los futbolistas retirados existen profesiones curiosas que parecía que a estos jugadores ‘no les pegaban’.
Un ejemplo es Pablo Alfaro. Siempre se le ha calificado como defensor aguerrido, duro y leñero. Su dueto en la zaga del Sevilla con Javi Navarro fue la antología de lo que en fútbol se conoce como ‘rascar’ al contrario en la disputa del balón. Pues bien, Pablo ahora es el doctor Alfaro, y no traumatólogo, sino ginecólogo. Terminó el MIR y ejerce con una bata blanca.
Otra cosa de al que se suele acusar a los futbolistas es ‘no saber hablar’ ante un micrófono. En la historia reciente ha habido muchas burlas a los exfutbolistas que ejercen como comentaristas televisivos, pues estas burlas no valen para Julen Guerrero. El jugador de Portugalete es licenciado en periodismo, por lo que habrá estudiado locución y redacción periodística. Ahora trabaja como comentarista.
Y otro caso es el del retirado exjugador del Athletic Koikili. El lateral del conjunto bilbaíno también está licenciado en historia. Podría servirle para dar clase, algo que fuera de nuestro país le ocurre a Glen Johnson. El jugador del Liverpool tiene terminada la carrera de matemáticas, pero al estar todavía en activo no se haya planteado, por el momento, la vía de la docencia.