“El club segoviano renuncia a su conjunto femenino por motivos económicos”, así comunicaba el Naturpellet Segovia que no iba a contar con las chicas para la próxima temporada de fútbol sala. Alegan “motivos económicos”, pero evitan explicar que la subida de los chicos a Primera División se va a llevar la totalidad del presupuesto.
Sí, el Naturpellet Segovia vuelve a la élite del fútbol sala, pero con el sacrificio del equipo femenino. El salto de Segunda a Primera División ha ocasionado en el club un incremento considerable de los gastos y no demasiados ingresos, por lo que ha decidido prescindir de sus chicas para mantener al equipo masculino en la máxima categoría.
Leire Casado, capitana del equipo esta temporada tras la lesión de Paula Cuellar, ha comentado a teinteresa.es que se siente “decepcionada”, aunque no cree que su salida se deba a un trato discriminatorio, “ya que la razón por la cual el equipo no sigue es económica, pero sí que una vez más el deporte femenino sale desfavorecido con respecto al masculino”.
Paula Cuellar, por su parte, se muestra mucho más crítica con el Naturpellet Segovia: “En este club siempre se ha apostado por el equipo masculino, aun estando en la misma categoría, así que no es algo que nos sorprenda”. Para Paula, sí hay discriminación, aunque se muestra resignada, “esto funciona así, los chicos aportan más dinero al club en cuanto a patrocinadores, aficionados y demás, y nosotras pues bastante menos”.
El lunes 17 de julio, las chicas se reunieron con la directiva y fue entonces cuando se lo comunicaron oficialmente, pero confiesan que “era una decisión que ya nos podíamos imaginar porque había salido publicado en los periódicos días anteriores“. Si la drástica solución se les hubiera comentado antes podrían haber buscado soluciones. “Nosotras estamos dispuestas a todo por este deporte, por ejemplo, pagar una cuota por jugar, búsqueda de patrocinadores, reducir gastos en viajes…”, explica la capitana.
“Este grupo siempre se ha encontrado con millones de dificultades en los temas económicos, y en otros, y de ellos siempre hemos salido victoriosas”, coincide Paula. “Por lo que la no comunicación de la salida del equipo no es por otra cosa que por el desinterés del club en nuestra salida, sin duda”, sentencia la jugadora.
Ahora, las chicas han quedado en una situación complicada pues, aunque en Segovia hay otro club en Segunda División Femenina, el Unami CP, este ya cuenta con una plantilla amplia y dependerá de las llamadas a las jugadoras que consideren. Y lo mismo ocurre con el club “segosala”, que juega en la liga regional de Madrid. Por ello, Leire no se muestra especialmente optimista y cree que “siendo 12 es muy difícil, así que algunas tendremos que buscar alternativas fuera de Segovia o definitivamente dejar el futsal, lo que es una pena, porque nos encanta”.
El club aún debe muchas explicaciones a las jugadoras, especialmente en términos económicos, ya que las instituciones públicas abonan al club, en concepto de ayuda, cierta cantidad que el Naturpellet ha decidido destinar íntegramente al equipo masculino. Las chicas se preguntan si los 35.000€ que creen que reciben no deberían repartirse o, en caso de no hacerlo, si se les debería retirar la parte que correspondería a su equipo.
“Otro equipo femenino de la ciudad, según las publicaciones del ayuntamiento, recibe una ayuda económica de unos 10.000 euros en la cual se encuentra bien especificado que es única y exclusivamente para ellas”, nos explica Paula Cuellar. “Queremos saber cuál es la cantidad que nos corresponde para que se le retire al club por no haber apostado por nosotras”, reivindica la jugadora.
De Regional a Segunda y allí, equipo revelación
El equipo decidió comenzar su andadura en las filas de Naturpellet Segovia porque en su anterior club no tenían opción de lograr ascenso de categoría y, con garra y esfuerzo, las chicas, dirigidas por Adrián Velasco, lograron ascender de Regional a Segunda División en su primer año (curso 2015/2016). Destacaron notablemente en la competición y a falta de tres jornadas para el final ya se habían proclamado campeonas.
Las jugadoras segovianas llegaron al club blanquirrojo para cumplir un sueño y no se puede decir que su trayectoria no haya sido impecable, pero en aquel momento soplaban otros vientos en el club. El conjunto masculino seguía en Segunda División, tras caer derrotado en la final de play-off por el ascenso y, por tanto, el presupuesto podía hacer frente a la inscripción de ambos equipos en Segunda División.
Con la permanencia como objetivo la escuadra femenina se estrenó en la división de plata, donde, una vez más, las chicas volvieron a demostrar que no tienen techo (si no se lo ponen al menos) y se convirtieron en uno de los equipos revelación de la competición. Tras varias complicaciones en forma de lesión, las de Segovia consiguieron cerrar la temporada en sexto lugar, por encima de equipos con años de experiencia en la categoría.
Una trayectoria para enmarcar, con la curva en positivo y con las expectativas de llegar muy lejos en la próxima temporada. Ahora, con el sueño truncado, el equipo, que ha sido una familia dentro y fuera de la cancha, se rompe y, aunque seguirán siendo amigas, las jugadoras pasarán a ser rivales, pues ya les han llegado ofertas de otros clubes que no quieren que unas campeonas dejen de hacer lo que más les gusta: jugar al fútbol sala.