Tanto los tifones como los huracanes y los ciclones son el mismo tipo de sistemas, tormentas tropicales, y «solo se diferencian por el lugar en el que se producen. Serán huracanes si comienzan en el Atlántico norte y tifones o ciclones cuando azotan al Pacífico oeste«, tal y como cuenta el portavoz de la Agencia de Meteorología Estatal (Aemet), Fermín Elizaga.
Fuertes vientos que arrasan con todo lo que está a su paso, lluvias torrenciales e inundaciones, son las características de estos fenómenos. Además, «se caracterizan también por alcanzar vientos superiores a los 118 km/hora», matizaba Elizaga.
Las causas de los huracanes pueden ser muy distintas. La temperatura del agua del mar tiene que estar por encima de los 28 grados, vientos débiles a niveles altos o que las nubes de tormenta se encuentren con bajas presiones. Estas son tres condiciones que provocan los temidos tifones o huracanes.
Un ciclón es un sistema atmosférico cuyo viento circula en dirección ciclónica. Para su formación requiere que la temperatura del mar sea superior a los 26 grados centígrados.
La fase de desarrollo que sigue a la depresión tropical es conocida como tormenta tropical, donde los vientos alcanzan velocidades sostenidas entre los 63 y 118 kilómetros por hora. Cuando el ciclón alcanza esta intensidad se le asigna un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Un huracán es la última etapa de un ciclón tropical y de acuerdo con la escala de Saffir-Simpson pueden clasificarse en cinco categorías, según la velocidad de sus vientos, que superan los 119 kilómetros por hora.
El ojo del huracán alcanza normalmente un diámetro que varía entre 24 y 40 kilómetros, sin embargo, puede llegar hasta cerca de los 100.
Algunos de los huracanes que mayores desastres han causado en el mundo en los últimos años son el Mitch, el Katrina, Irene o Sandy.
Este tipo de fenómenos, además, se van debilitando después de tocar tierra porque no tienen de qué alimentarse, y si vuelven al mar, es muy probable que se reactiven gracias al agua.
Un »supertifón» azota Filipinas
Estamos acostumbrados a escuchar los términos huracán, tifón o ciclón, pero hoy ha resultado sorprendente y no muy agradable oír la palabra »supertifón». El portavoz de la Aemet explica que este término no es un nombre que se de a este tipo de tifones.
«Habitualmente, independientemente de la intensidad y velocidad que alcancen este tipo de fenómenos, continúa recibiendo el nombre de tifón», resalta Elizaga. «Lo que ocurre es que el tifón que está azotando Filipinas que la intensidad de los vientos ha sido tan alta que el equivalente en huracán hubiera sido de categoría 5, y por eso los medios están hablando de »supertifón»».
Ha sido denominado así ambién por expertos meteorólogos estadounidenses y filipinos porque los vientos sostenidos llegan a superar los 250 km/hora.
Probablemente sea «uno de los más intensos que pueden desarrollarse en el Pacífico. Es, desde luego, uno de los tifones más intensos que se han desarrollado en el Pacífico y que se pueden desarrollar». Es bastante difícil que se produzca un tifón de estas características porque está en el tope de la escala», concluye el experto meteorólogo, Fermín Elizaga.