Francisca Rivas ha declarado hoy ante el titular del Juzgado de instrucción número 6 de Madrid por la supuesta desaparición de su hijo recién nacido en 1984, en el madrileño Hospital Gregorio Marañón con la esperanza de aclarar las «incoherencias» detectadas en la documentación de su caso.
Rivas tenía 21 años cuando el 17 de julio de 1984 ingresó en el Hospital Gregorio Marañón, donde el mismo día se puso de parto y dio a luz a un niño, que nació con poco peso y pasó a la incubadora.
Aunque le indicaron que no se moviera de la habitación, aprovechó el momento de ir a las duchas, que en este hospital estaban en un pasillo, para acercarse a la zona de las incubadoras, donde una enfermera le señaló a su hijo.
«A partir de ahí ya no me puedo mover más de mi habitación y no puedo ver a mi hijo, ni vivo, ni muerto», ha explicado.
Cuando le iban a dar el alta, el 23 de julio, en presencia de su marido, le comunicaron que el bebé había fallecido el 20 julio a causa de una neumonía y que el hospital se haría cargo de todo.
Rivas ha recordado que los médicos trataron de darle consuelo diciéndole que no habían podido hacer nada porque el pequeño tenía un problema serio en los pulmones, pero que no se preocupara porque ella podría tener todos los hijos que quisiera.
Ha asegurado que, a su marido, no le dejaron darle un beso al niño porque, como el hospital se hacía cargo de todo, había perdido todos los derechos sobre el pequeño.
Al día siguiente del fallecimiento del bebé, al padre y a un primo les mostraron un coche fúnebre que se llevaba al niño, aunque el padre fue a buscarlo al cementerio y no encontró nada.
Durante el interrogatorio, el juez le ha preguntado a Rivas porqué ni ella ni su marido vieron al niño muerto y quién le prohibió ver el cuerpo, que fue el médico.
Al término de la declaración, Rivas se ha mostrado satisfecha y ha expresado sus esperanzas de que la Justicia la ayude a aclarar si su hijo está vivo o muerto.
«Si está vivo, le han dicho que es adoptado y se ha hecho las pruebas de ADN, nos podemos encontrar», ha apuntado.
Su abogado, Orlando Gutiérrez, ha precisado que no hay historia clínica de Carlos Goyanes, que es el nombre del niño, y solo hay historia clínica de Francisca Rivas, que acudió al centro hospitalario el día 17, tuvo un hijo vivo de bajo peso, tras un parto normal y, tres días después, le comunicaron que el niño murió de neumonía.
Entre otras «incoherencias», Gutiérrez ha indicado que la defunción está inscrita antes del nacimiento en el Registro Civil y la documentación del enterramiento está fechada siete días después del fallecimiento.
Al tener noticia sobre un supuesto caso de bebés robados en el Hospital Gregorio Marañón en 1980, Rivas comenzó a buscar documentación, se puso en contacto con la Asociación Sos Bebés Robados y se decidió a presentar una denuncia en el Juzgado.