Los tres banqueros, que han comparecido durante algo más de una hora como testigos de la causa en la que se investiga la fusión y salida a Bolsa de Bankia, han señalado que en las reuniones, en las que también estuvo presente el propio Rato, se abordó las necesidades de capitalización que tenía la entidad y las ayudas que precisaría para evitar su nacionalización.
Según las citadas fuentes, el más crítico con el plan que Rato presentó el 4 de mayo, que exigía unas ayudas públicas de 7.000 millones de euros, ha sido el presidente del BBVA, Francisco González, que durante su declaración ha llegado a calificar a Bankia de «elefante en la habitación» y ha señalado que, aunque «la contabilidad es un chicle», su balance de 2011 (con unos beneficios de 309 millones de euros) no eran «creíbles».