«AHÍ STA. FIAMBRE«, rezaba el mensaje de Whatsapp, que un brigada de la Guardia Civil de Cáceres, envió a través de un grupo a sus compañeros junto a una foto suya de uniforme y el cadáver de un fugitivo al que habían estado persiguiendo.
La fotografía que el jefe del puesto de Malpartida de Plasencia envió a sus compañeros, en febrero de 2014, comenzo a difundirse como la pólvora por grupos de Whatsapp diferentes al interno de la policía, haciéndose viral en poco tiempo. La instantánea llegó a aparecer incluso en el diario Hoy de Badajoz al día siguiente.
La sentencia explica que el brigada, “que vestía el uniforme reglamentario del Cuerpo, se situó junto al cadáver de Robles, que yacía semidesnudo en el suelo, y pidió al Guardia (que le acompañaba) que le hiciera una fotografía, a cuyo fin le entregó su teléfono móvil. Hecha la instantánea, el brigada la difundió algo antes de las 14:00 horas, a los miembros de un grupo de comunicación formado exclusivamente por Guardias Civiles destinados en el puesto a su mando, denominado Pto. Malpartida.
Condenado a doce días sin sueldo
El Guardia Civil que aparecía junto al cadáver, Ángel C. B., considera que no cometió la falta grave de «observancia de conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil», por la que el director general de la Guardia Civil le condenó a doce días de haberes con suspensión de funciones.
En su defensa alegaba que él no fue responsable de que la foto se difundiese fuera de los ámbitos internos de profesionales de la Guardia Civil y, por lo tanto, debería sancionarse a quien difundió la imagen de forma «personal». El suboficial aseguró haber remitido la foto exclusivamente a sus compañeros para «informarles de la muerte del preso fugado y tranquilizarles».
El Tribunal Supremo, sin embargo, rechaza este argumento y confirma la sentencia, que también fue confirmada anteriormente por el Tribunal Militar Central, al considerar que tiene responsablidad “como negligente punto de origen de la gran difusión que en definitiva alcanzó la imagen que nos ocupa”.
Además, subraya la gravedad de su comportamiento, “pues cabe confirmar sin gran esfuerzo que la fotografía en cuestión denotaba una actitud impropia y gravemente contraria a la dignidad de la Guardia Civil».