Los pandas son animales vegetarianos. A pesar de que su sistema digestivo les permitiría comer carne, su dieta se basa tan sólo en comer bambú. Un estudio reciente, publicado en ‘Functional Ecology’, muestra como estos animales sobreviven con una dieta que debería matarlos.
El estómago de los pandas es similar al de los mamíferos carnívoros, tienen un estómago simple y el intestino delgado corto. Los mamíferos herbívoros tienen un estómago con cuatro cámaras que les facilitan la metabolización de los vegetales. Estos son difíciles de digerir debido a que ningún vertebrado tiene las enzimas necesarias para realizar este proceso.
Los herbívoros se valen de microorganismos presentes en su estómago que les permiten descomponer las grandes moléculas, como la celulosa, en otras más sencillas. Para mejorar este proceso se valen de la rumia, es decir, masticar un alimento que ya estuvo en el estómago.
Las plantas de bambú no tienen apenas proteínas y tienen una gran cantidad de fibra. Los pandas no tienen esas cuatro cámaras, como las vacas, para digerir de manera eficiente todas esas fibras vegetales.
Los investigadores colocaron un collar localizador a tres machos y tres hembras de panda de las montañas de Qinling, en China, y observaron lo que comían en su hábitat natural durante seis años. También analizaron su dieta en profundidad mediante la medición de la cantidad de nitrógeno, fosforo y calcio, los tres nutrientes esenciales en los mamíferos, en las plantas que comían.
Alimentación eficaz
El estudio evidencia que los pandas tratan de alimentarse lo más eficazmente posible para satisfacer sus necesidades nutricionales, mezclando elementos que les proporcionen todos los nutrientes. En las zonas en las cuales solo existe una planta comestible, los animales tratan de consumir diferentes partes de la misma.
En Qinling se pueden encontrar dos especies de bambu que crecen a diferentes altitudes y cuyos retoños brotan a diferentes épocas. Los collares de seguimiento mostraron que durante la época de apareamiento en la primavera, los pandas se alimentaban de los brotes de bambú del tipo ‘madera’, que son más ricos en nitrógeno y fósforo. En junio, ese tipo de brotes ya habían madurado y contenían menos nutrientes, por lo que los pandas migraban a zonas más elevadas y comenzaban los brotes jóvenes de ‘bambú flecha’. Sin embargo, los brotes de ambas especies tenían niveles bajos de calcio, por ello a mediados de julio se alimentaban de hojas jóvenes de bambú flecha, que son ricos en calcio.
La reproducción depende de su alimentación
Como cuenta el grupo de investigadores que participó en el estudio a ‘Functional Ecology’, este malabarismo en la dieta de los pandas afecta a su reproducción. Aunque los animales se aparean en primavera, las hembras tienen implantación retardada, es decir, el embrión se mantiene en el útero de la madre sin desarrollarse, hasta que se une y se reanuda el crecimiento. Los autores especulan con que los embriones de panda continúan su desarrollo cuando aumenta el calcio en su dieta.
En agosto, las hembras vuelven a zonas más bajas donde nacen los pequeños pandas. Las madres adultas comienzan a comer las hojas jóvenes del bambú madera, que tienen suficientes nutrientes, incluyendo el calcio necesario para asegurar la lactancia.
Los pandas tienen un periodo de gestación de tan solo de dos a tres meses, en comparación con los seis meses de otros osos. Los oseznos pesan entre 90 y 130 gramos, mientras que otros oseznos pueden pesar entre 300 a 400 gramos al nacer. Este pequeño tamaño también podría deberse a las limitaciones de los nutrientes de sus hábitats, según publican en el estudio.