Los recientes temporales devastadores que se están viviendo en diferentes puntos del mundo han reabierto el debate sobre el cambio climático. En Reino Unido e Irlanda no llovía tanto desde hacía 30 años. Japón y Estados Unidos han visto cómo alrededor de 20 personas han fallecido a causa de unas históricas nevadas. Sin embargo, al otro lado del país, California sufre la mayor sequía desde hace un siglo.
Filipinas sufría hace unos meses uno de los peores tifones que jamás haya tocado tierra y Bolivia se enfrenta a unas precipitaciones que han dejado ya 55 muertos y 55 familias dagnificadas.
Los efectos de la climatología parecen agudizarse y las lluvias torrenciales y las sequías tienen consecuencias humanas y materiales cada vez más desastrosas. Dos informes diferentes, de la organización humanitaria DARA y del economista Nicholas Stern, han intentado contabilizar cuánto nos está costando el cambio climático en datos humanos y económicos.
5 millones de muertos al año
A causa de las catástrofes naturales provcadas por tifones, huracanes, grandes nevadas y lluvias torrenciales entre otros fenómenos, cada vez son más las víctimas mortales que estaría generando el cambio climático. Las sequías dificualtan el acceso al agua y su potabilidd, además las altas temperaturas crean condiciones más propensas para el nacimiento y contagio de enfermedades.
Según la asociación DARA, en poco más de quince años (2030) la cifra de muertos por el cambio climático podría llegar a los 100 millones.
Cambio climático, igual a recesión económica
Nicholas Stern fue el primer economista al que se le ha encargado un informe climatológico. La tarea le fue encomendada por el gobierno de Reino Unido. El británico alerta de los devastadores efectos sobre la economia que podría tener un cambio en el clima. No sólo hace referencia en su trabajo a las consecuencias de las catástrofes naturales. La subida de la temperatura puede afectar severamente a enormes regiones del planeta. La desertización suele conllevar pobreza y grandes ciudades podrian verse inundadas si sube el nivel del mar. Todo ello provocaría, según Stern, migraciones humanitarias sin precedentes en el mundo moderno.
Los más desfavorecidos serían los de siempre, los residentes en países del tercer mundo y en vías de desarrollo, pese a ser los que menos están contribuyendo al deterioro del medio ambiente. Estos movimientos de personas a gran escala podrian conllevar conflictos internacionales e incluso guerras. Las consecuencias económicas pueden ser tan desastrosas como las provocadas por las dos guerras mundiales del pasado siglo.
Stern calcula que la economía mundial podría entrar en una recesión que le haría perder el 20 por ciento de su producción. Si los gobiernos no toman las medidas oportunas en esta década se podrían dar consecuencias económicas que perjudicarían la economía durante todo lo que queda de siglo.
Sin embargo, para salvar a millones de personas y no perder el 20 por ciento de la producción mundial, tan sólo habría que invertir el 1 por ciento del actual PIB del conjunto del planeta. Según Stern ésa sería la diferencia entre la inversión de los estados y los costes de la inacción gubernamental.
El jet stream está cambiando el tiempo en Europa y Norteamérica
El calentamiento del Ártico puede afectar de forma prolongada el «jet stream» polar, también conocido como corriente en chorro polar, clave para el clima en Norteamérica y Europa, según científicos estadounidenses. Un estudio apunta a que la corriente en chorro -compuesta de vientos que soplan de oeste a este a una gran altitud- se está debilitando y tiende a prolongarse y a desviarse más fácilmente de su trayectoria», de acuerdo con Jennifer Francis, profesora de climatología en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey.
«Cuando el jet stream se debilita -lo que ha sucedido en las dos últimas décadas-, los fenómenos meteorológicos tienden a durar más», señala Francis, autora principal de esta investigación presentada el fin de semana en la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, en inglés), celebrada este fin de semana en Chicago (norte).
«Esto parece sugerir que las características del tiempo cambian», precisó la científica, para quien esta situación «se producirá cada vez con más frecuencia». Es por esta razón que Estados Unidos vive este año un invierno particularmente frío y con sucesivas tormentas de nieve desde el centro hasta el sur, algo poco habitual. Por el contrario, zonas nórdicas como Alaska disfrutan de una estación invernal inusualmente clemente.
Este fenómeno puede derivar del calentamiento que ha sufrido en las últimas décadas el Ártico, donde las temperaturas han aumentado entre dos y tres veces más rápido que en el resto de la Tierra, reveló James Overland, científico de la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmósfera (NOAA, en inglés), que participó en la presentación del estudio.
El cambio de la corriente en chorro se produce en parte por la diferencia entre la temperatura del Ártico y las latitudes medias, explicó. Si esta diferencia es importante, la velocidad de la corriente se acelera; si sucede lo contrario, se debilita.
Teniendo en cuenta los fenómenos meteorológicos extremos registrados en los últimos años en Estados Unidos -récord de temperaturas altas o sequía- y en otras partes del mundo -como la canícula que azota actualmente Australia-, los científicos tratan ahora de descubrir si se trata de una simple variación natural del clima o de un recalentamiento del planeta relacionado con las actividades de los humanos.
Francis considera que esta conclusión es prematura ya que «los datos sobre este fenómeno y sus efectos abarcan un periodo muy corto que hace que sea difícil hacer una interpretación clara». «Cuando tengamos más índices creo que podremos empezar a distinguir la influencia del cambio climático», afirmó.
Mark Serreze, director del Centro Nacional Estadounidense sobre el estudio de la Nieve y el Hielo, manifestó ante la conferencia de la AAAS que los cambios en el Ártico y el impacto del cambio climático en las latitudes medias «son un nuevo campo de investigación controvertido con argumentos a favor y en contra». «El fuerte calentamiento que podría ser responsable de este fenómeno está relacionado con el deshielo en el océano ártico que constatamos desde estos últimos años», agregó.
La tapadera que ha supuesto hasta ahora el casquete polar se acaba y el calor llega a la atmósfera
«El casquete glaciar actúa como una tapadera que separa el océano de la atmósfera y si se retira esta tapa el calor que contiene el agua se esparce por la atmósfera», lo que explica estos desajustes atmosféricos, detalló el científico.
El impacto en la agricultura es una de las principales consecuencias de este fenómeno en las latitudes medias de Estados Unidos.
«Veremos cambios en las precipitaciones y en las temperaturas que podrían estar relacionados con lo que sucede en el norte», predijo Serreze, para quien «los cambios del Ártico afectan a todo el clima del planeta».
Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional para la Agricultura y el Medioambiente en Iowa (centro), recordó que Estados Unidos no es el único país afectado.
«En el mundo producimos la mayor parte de las cosechas a estas latitudes medias y las temperaturas tienen un gran impacto en los cultivos como en la ganadería y la producción de carne», subrayó.