Por sus manos han pasado Alejandro Sanz, Guti, Ramos, Torres, Nieves Álvarez, Soraya Arnelas y la mayoría de los famosos españoles que han decidido decorar su cuerpo con un tatuaje. Leo Miralles, un argentino afincado en Madrid, es, sin duda alguna, el tatuador de las estrellas y ahora se convierte en el protagonista de »Madrid Ink» (en Discovery Max a partir del martes 21 de mayo a las 22:30 h).
Junto a él estarán Rebeka (rockera de corazón y tatuadora del barrio de Vallecas), Lolyta (brasileña y especializada en »Old School»), Javi (uno de los mejores artistas del mundo) y Rubén (un apasionado aprendiz que dará mucho que hablar). Entre todos tratarán de mostrarnos los secretos del mundo del tatuaje como ya han hecho otros grandes en las franquicias de »Miami Ink», »Los Angeles Ink» o »Londres Ink».
En el primer episodio veremos, entre otras caras conocidas, al torero Miguel Abellán, a Fernando Torres y a Natalia Verbeke.
Teinteresa.es ha charlado con Leo Miralles sobre cómo son sus famosos clientes y cuáles son los tatuajes que más le piden en su estudio de Móstoles (en el sur de Madrid).
¿Los famosos son más ‘tiquismiquis’ a la hora de tatuarse?
No. Que destaques en alguna disciplina como el deporte no te hace ser ni mejor ni peor que nadie. Para mí todos somos iguales y las historias de la gente me interesan por igual. Me interesa lo mismo lo que me cuente el charcutero que lo que me cuente Fernando Torres. A mí hablar de si las estrellas son más o menos no me gusta.
¿Hay algunos famosos más coquetos o exigentes que otros?
Sí, evidentemente. Guti es muy coqueto y Sergio Ramos también. Los jugadores del Real Madrid suelen ser muy coquetos y exigentes. Los del Atleti son más guerreros, más de batalla. Dependiendo del equipo también la exigencia en los tatuajes es mayor o menor.
¿Qué es lo que más te piden los futbolistas?
Los futbolistas son mucho de las cábalas. Me piden mucho temas relacionados con las copas que ganan, campeonatos, fechas de nacimientos de los hijos. Inmortalizan momentos importantes de su vida profesional o personal.
¿Ellos son tu mejor publicidad?
Sin duda. Entre los futbolistas supongo que en el vestuario se miran lo que se han tatuado, los comparan… y yo vivo de eso. Trabajo sin página web desde hace 15 años, vivo del boca a boca. Es la mejor publicidad para mí que guste mi trabajo y me recomienden a otros.
¿A qué famoso te gustaría tatuar?
Me encantaría tatuar a Rafa Nadal. Aparte de ser su fan como deportista, tiene garra, pasión, le tengo mucho cariño. Tatuar su brazo sería uno de los tatuajes más vistos del mundo. Me haría una gran promoción. He tatuado a muchos famosos gracias también a Alejandro Sanz. Me gustaría también tatuar a Brad Pitt, es un ídolo para mí porque ha demostrado que es más que una cara bonita, tiene un talento espectacular.
Lo de los tatuajes, ¿también va por modas?
Está el blanco y negro y los de colores. Va por modas. Desde que salió ‘The Rock’ se ha usado mucho el tatuaje mahorí, que es un tipo de tatuaje negro con letras de ese estilo. De la Polinesia, que es de donde proceden realmente los tatuajes. Esto es como la moda, ahora vuelven los Levi’s clásicos, y los tatuajes de hace cien años. Antes se hacían para diferenciarse entre los indios, como lo de los platos en el labio… Para ellos es estética y cultura.
Para ti, ¿quién es el mejor tatuador del mundo?
Hay muchos. Javi, que está en ‘Madrid Ink’ para mí es uno de los mejores del mundo. Hay muy buenos en Estados Unidos y en Argentina. Ahora hay mucho nivel.
¿Cómo somos los españoles a la hora de tatuarnos?
Cada país tiene un estilo. Ahora estamos más versátiles, antes era más tradicional. Ahora España es uno de los países más potentes en tatuajes junto con América y Reino Unido, donde se llevan desde hace muchos años. Aquí han tenido mucho furor desde hace diez años. Se hacen cosas muy realistas ahora y hasta marcamos tendencia. Pasamos por todos los estilos y eso nos hace ser una gran potencia en el tatuaje a nivel mundial.
¿Cómo has llegado a ser el tatuador de las estrellas?
Nací en Argentina. Con 16 años le dije a mi padre que quería ser tatuador. Mi padre me dijo que me diese una ducha y me fuese a currar. Me fui de casa con una mano delante y otra detrás. Me fui al sur de Argentina, a Brasil, a EEUU y llegué a España. Cuando ya mis padres me vieron en la tele se dieron cuenta de que iba en serio. Me lo he ganado todo solo. Y los que antes no me hablaban, ahora sí que me hablan… (risas).
¿En qué se diferencia ‘Madrid Ink’ de otros de la saga?
Será diferente porque por ejemplo nos colamos en las casas de los famosos, de gente como Fernando Torres, que jamás ha abierto su casa, verle cómo es relajado y en familia.
¿Qué tal has llevado lo de tener una cámara detrás todo el día?
Al principio lo llevaba peor, pero ahora si no está el cámara, lo extraño. Creas amistad con el equipo y ya somos como una familia. Pasar el día a día te hace conocerte mejor con los tatuadores y el equipo técnico, que han trabajado muchísimo.
¿Qué has aprendido con esta experiencia televisiva?
Me ha dado la oportunidad de enseñar a la gente que el tatuaje no es de gente que ha pasado por la cárcel, es algo artístico. Tatuar es más difícil que pintar un cuadro porque nuestros lienzos se mueven, se ríen, hablan… Lo importante es crear una obra de arte en la piel. Que no es un ambiente ‘under’, ni oscuro, muy reconocido en otros países… Y ahora tenemos la oportunidad de dar a conocer este arte y que no es malo que un director de banca, por ejemplo, tenga tatuajes.
Siendo el tatuador de las estrellas, sigues con tu estudio en Móstoles, ¿no has pensado abrir uno en Madrid capital?
Móstoles es donde empecé y creo que el día que pierdes la humildad, pierdes las raíces. A mí me sacas de Móstoles y no veo al de los frutos secos de al lado, por ejemplo, y me falta algo. En Madrid me queda todo grande. A mí me gusta salir del estudio y encontrarme con los vecinos del barrio.
¿Y a los famosos les haces ir a Móstoles o vas a sus casas?
El que quiere celeste, que le cueste. De hecho en Móstoles a veces se lía con los fans y hasta ha tenido que venir la policía. Con el Twitter, Tuenti… todo el mundo sabe todo. Excepto con algunos, como con Alejandro Sanz, que fui a Miami, el resto, vienen a Móstoles.
¿Con la crisis habéis notado un bajón en los clientes?
Evidentemente se nota. Nosotros trabajamos mucho con la clase media y ahora está desapareciendo, con lo que la cosa está difícil. Pero tratamos de adaptarnos a los presupuestos de la gente que quiere tatuarse.