Hamir Mir había acudido a un mercado cercano a su vivienda en Islamabad en su coche y tras regresar, el conductor de su vecino detectó una bolsa sospechosa bajo su vehículo.
Los artificieros se personaron inmediatamente para retirar el paquete sospechoso y descubrieron que la bolsa contenía medio kilo de explosivos, una pila y un detonador, que procedieron a desactivar, según la cadena. La Policía ya ha abierto una investigación.
En declaraciones a Geo News, Mir ha asegurado que seguirá levantando la voz por la verdad y la justicia. Según el periodista, la bomba había sido colocada bajo su asiento. «Es un mensaje para mí así como para GEO y para la comunidad periodística en Pakistán», ha considerado Mir. «Quieren que dejemos de contar la verdad pero les digo que no nos disuadirán», ha añadido.
Mir fue criticado el mes pasado por los talibán paquistaníes tras el ataque cometido por este grupo islamista contra la joven activista Malala Yousafzai, según informa el diario »Dawn» en su edición electrónica.
Responsables de Inteligencia indicaron el mes pasado que un mensaje talibán interceptado sugería que había terroristas suicidas que habían recibido el encargo de atacar a periodistas, con GEO encabezando la lista de objetivos por su cobertura del ataque contra Malala.
El ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik, ha visitado esta tarde a Mir y le ha prometido que contará con la seguridad necesaria por parte de efectivos de la Policía y del Cuerpo de Fronteras, según informa la agencia oficial APP.
Malik ha reconocido que había algunas alertas de seguridad debido a las amenazas de ataques a periodistas por parte de un grupo de Miran Shah, en Waziristán del Norte, y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de rupias (más de 400.000 euros) para la persona que ofrezca alguna pista en relación con el intento de asesinato de Mir.
Asimismo, el ministro ha anunciado que se establecerá un comité investigador, que contará con un magistrado, responsables de la Policía y dos periodistas para esclarecer este ataque fallido y ha defendido que los periodistas son los «guardianes de Pakistán».