Fue en enero de 2008 cuando conocimos al profesor de química que más nos ha hecho suspirar de la televisión. En esa fecha arrancaba la primera temporada de »Breaking Bad» en AMC y Walter White (Bryan Cranston) se colaba en nuestras vidas para siempre. Este domingo 29 de septiembre llegará su adiós definitivo después de cinco temporadas y muchos éxitos a sus espaldas.
»Breaking Bad» ha recibido buenísimas críticas y está considerada como una de las mejores series dramáticas de televisión de todos los tiempos. En el año 2013, la ficción de Sony Pictures se convirtió en uno de los programas emitidos por cable más vistos en Estados Unidos, ya que la audiencia de la segunda mitad de la quinta temporada ha duplicado a la de la primera.
La serie ha ganado diez premios Emmy, incluyendo tres victorias consecutivas para Bryan Cranston en la categoría de mejor actor (este año se lo quitó Jeff Daniels por »The Newsroom»), dos premios para Aaron Paul al mejor actor de reparto, una victoria de Anna Gunn como mejor actriz de reparto y un premio a la mejor serie dramática después de tres nominaciones.
La serie también fue nominada a los premios Globo de Oro como mejor serie dramática y Cranston recibió tres nominaciones a mejor actor, además de cuatro ternas más en los premios del Sindicato de Actores en la misma categoría; en 2013 se alzó con el premio.
En ese mismo año, el Gremio de Guionistas de los Estados Unidos nombró a »Breaking Bad» como la decimotercera serie mejor guionada de todos los tiempos. En septiembre, entró al Libro Guinness de los récords como la serie mejor puntuada de la historia, con una puntuación de 99 sobre 100 en Metacritic.
Éxito de audiencia en la recta final
Los últimos episodios de »Breaking Bad» pueden presumir de haber batido récords de audiencia. Con »Granite State», el penúltimo episodio de una duración de 75 minutos, »Breaking Bad» cosechó 6,6 millones de espectadores. Y dejó así, en segundo lugar el registro que ostentó la semana pasada »Ozymandias», con 6,3 millones de seguidores.
Y lo cierto es que este fin de semana estaba lleno de alicientes para que el drama de Vince Gilligan tuviera todavía más difícil obtener un nuevo récord, pero lo hizo, una vez más. El mismo domingo en que se llevaba el Emmy a la mejor serie dramática.