En primer lugar usted está realizando una limpieza de una zona que no conoce y no puede controlar mediante visión directa por lo que podría, y suele ser una urgencia frecuente, llegar a lesionar su oído produciendo un gran dolor y una lesión que va desde la simple herida en el conducto, perforación del tímpano, luxación de la cadena de huesecillos o, incluso, pérdida de audición irreversible.
En segundo lugar, el cerumen se produce en el tercio externo del conducto auditivo y habitualmente, desde ahí, el cerumen sale de manera natural al pabellón auricular (que es la zona que nosotros recomendamos limpiar). Al introducir un bastoncillo usted, lejos de extraer el cerumen, está empujándolo hacia dentro, lugar desde el que no suele salir y generando la aparición de un tapón de cera.
Por último, considerando que haya podido limpiar ese cerumen, no podemos olvidar que esta secreción es un antiséptico natural y nos protege de diferentes gérmenes, siendo usted más susceptible a infecciones como por ejemplo las otitis externas.