Existen muchas maneras de sacar el agua de los oídos. Hablamos de extracción de agua en pacientes que tengan íntegra la membrana timpánica. Repasaré algunas, las más típicas, ya que en esto «cada maestrillo tiene su librillo».
Personalmente, el método que mejor me funciona es saltar a sobre una sola pierna («a la pata coja») con la cabeza inclinada de manera que el oído que tiene agua quede apuntando hacia el suelo. Se salta hasta que el agua sale de tus oídos. Antes de saltar, habitualmente intento secar el conducto auditivo suavemente con una toalla o un paño (no con bastoncillo.
A la vez, mientras se inclina la cabeza hacia un lado para ayudar a que el agua salga por el canal auditivo y se mueve la cabeza hacia adelante y hacia atrás mientras te inclinas para encontrar el ángulo correcto. Tirar del lóbulo de tu oreja ayuda a abrir más el conducto.
Otros métodos son: Recostarte de lado con la oreja hacia abajo haciendo que la gravedad favorezca que el agua drene naturalmente; con un secador de pelo al mínimo, sostenido a unos 30 cm de tu cabeza y dirigiendo el aire sobre tus oídos en lugar de hacia dentro evaporando el agua. Otra modalidad es: Inclina la oreja afectada hacia abajo y hacer vacío con la palma de la mano hasta que el agua salga.