Los hechos se produjeron durante la noche del 12 de abril de 2009, cuando la procesada, que había mantenido en absoluto secreto su embarazo, se puso de parto y dio a luz a su hija de madrugada en el servicio de la vivienda, mientras su pareja y su hija de dos años y medio dormían en la habitación contigua.
En su veredicto, una mayoría de siete frente a dos de los componentes del jurado ha considerado que la encausada no es culpable del delito de asesinato con agravante de parentesco que le imputaba el fiscal, y por el cual pedía una pena de 20 años de prisión para la procesada. En su declaración, la joven defendió su inocencia y aseguró que la pequeña falleció por complicaciones en el parto.
Además, afirmó que su pareja, a quien acusó de someterla a malos tratos continuos, fue quien, tras el parto, y creyéndola muerta, metió el cuerpo de la pequeña en una bolsa de basura, lo que provocó su fallecimiento por asfixia.