Los concentrados –empleados, despedidos y familiares– han pitado al paso del tranvía, han encendido petardos y han mostrado su rechazo a los ceses con camisetas y pancartas alusivas a esta movilización.
Uno de los miembros del comité de empresa, Alfredo Montañés, ha indicado a Europa Press que «estos momentos son muy complicados» y ha opinado que los despidos «son bastante injustificados porque se podría haber llegado a soluciones mucho menos traumáticas», comentando después que el comité ofreció a la empresa recolocar a algunos empleados y adaptar las jornadas laborales, pero «la empresa no quiso».
Urbanos de Zaragoza quería «inaplicar totalmente el convenio», lo que ha hecho imposible el acuerdo, ha agregado. Montañés ha expresado que el objetivo de los despidos es «descapitalizar el capital humano» para vender la empresa a una multinacional mexicana, el Grupo ADO.
El dirigente sindical ha dicho que Urbanos de Zaragoza «no ha podido sacar hoy todo el servicio a la calle», una vez aplicados los recortes de personal. «No tienen gente para sacar el servicio, han tenido que volver coches a cocheras por no tener conductores». Según el comité «no mandan relevos, las bajas no las pueden ni siquiera cubrir y para septiembre es impensable», ha augurado.
Alfredo Montañés ha continuado afirmando que el 4 de septiembre se reunirá el comité de forma extraordinaria y «posiblemente» se convoquen jornadas de huelga. Los sindicatos esperan que los ciudadanos vean «lo mal que van las líneas» con los recortes.