Las iglesias ortodoxas se escindieron en el siglo XI aunque en la actualidad son las más cercanas a Roma, ya que, tal y como apunta Don Manuel Barrios, doctor del secretariado de la Comisión Episcopal de relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal, «nos une la fe, la celebración sacramental y la sucesión aspostólica». Esto es, los ortodoxos comparten con los católicos los siete sacramentos, así como la ordenación de sacerdotes y de obispos, cosa que no comparten con los protestantes.
La principal separación entre ortodoxos y católicos viene de la figura del Papa. Dimitri Tsiamparlis, vicario patriarcal de la Iglesia Ortodoxa Griega en España, indica que “la principal diferencia es acerca de la primacía jurídica del Papa, porque Roma no era cabeza jurídica, los patriarcados antiguos eran independientes”. Así, los ortodoxos ven al Papa de Roma como un puesto meramente honorífico.
Aunque también hay otras diferencias de matiz entre ortodoxos y católicos, como en el caso del matrimonio, algo que se está debatiendo mucho en los últimos tiempos. Y es que para los católicos, el intercambio del consentimiento entre los esposos es el elemento indispensable «que hace el matrimonio», y si falta, no hay matrimonio; sin embargo para los ortodoxos esto se produce en el momento de la coronación (el intercambio de coronas en las cabezas de los novios).
Hay varias iglesias ortodoxas, todas ellas divididas en dos grandes bloques: las de tradición bizantina, en las que se encuentra el Patriarcado de Constantinopla, el de Antioquía, el de Jerusalén, el de Moscú y las iglesias de Serbia, Rumanía, Bulgaria, Grecia, Polonia, Albania, Finlandia y Estonia; y las iglesias ortodoxas griegas orientales: los coptos de Egipto, ortodoxos sirios, armenios, iglesia de Etiopía y la de Siria.
De todas estas Iglesias, la más cercana a Roma es la del Patriarcado de Constantinopla, tal y como asegura el profesor de Teología de la Universidad de Navarra Don Pablo Blanco: “Con el patriarcado de Constantinopla ha habido bastante entendimiento en cuanto el primado del Papa”. No es así con todas las iglesias ortodoxas; la relación con el patriarcado de Moscú es más «fría».
Y a pesar de que hay muchas cosas que unen a católicos y ortodoxos, ya que en realidad “somos exactamente iguales en todo excepto en el primado del Papa”, como indica el profesor Blanco, lo cierto es que “hay más distancia afectiva que con los protestantes”.
Patriarcado de Constantinopla
Es en la actyalidad la iglesia ortodoxa más cercana a Roma, tanto que el diálogo sobre la primacía del Papa es bastante fluido. El patriarca actual es Bartolomeo I, y es considerado sucesor de Andrés Apóstol. El patriarca ya mantuvo importantes encuentros con el antecesor de Benedicto XVI, el Papa Juan Pablo II. La Iglesia ortodoxa de Constantinopla es la más importante en rango de honor, y su patriarca, además, es el patriarca ecuménico ortodoxo, y preside todos los primados ortodoxos
Iglesia ortodoxa rusa
Regida pro el patriarca de Moscú, la iglesia ortodoxa rusa es quizás, de las ortodoxas, la más alejada de los católicos y la más numerosa en proporción de fieles en el seno de los ortodoxos. El actual patriarca, elegido en 2009, es Kiril I. Cabe destacar que, aunque los sacramentos son válidos y comunes tanto para católicos como para ortodoxos, lo cierto es que hay algunas iglesias ortodoxas que no permiten a los católicos recibir los sacramentos de manos de ortodoxos. Y sucede lo mismo de la otra manera; Don Manuel señala que si un católcio quiere participar por ejemplo de la Eucaristía y comulgar o recibir el sacramento de la penitencia, lo ideal es que acuda a un sacerdote católico; si no hubiera más remedio, los sacramentos recibidos en el seno de la iglesia ortodoxa serían válidos.
Iglesia ortodoxa copta
El patriarca copto, considerado sucesor de San Marcos Evangelista, es el líder de los cristianos ortodoxos radicados en Egipto. Recientemente, la iglesia copta ha elegidoa su nuevo papa, Teodoro II, después del fallecimietno de Shenuda III, que dirigió la iglesia desde 1971 hasta su muerte a los 88 años. La elección la hace la mano inocente de un niño que saca el elegido de entre tres nombres.