En un comunicado tras su muerte este miércoles, Mas ha destacado que fue «determinante» tanto en la candidatura de Barcelona’92 como en la preparación de los Juegos una vez adjudicados, y ha recordado que por eso la Generalitat le concedió la Creu de Sant Jordi (1999).
«Tenía la voluntad de aglutinar gente en torno a proyectos valiosos para la comunidad» y lo hizo siempre proyectando Barcelona y Catalunya en el mundo, ha dicho.
Mas ha recordado que tenía con él una relación de amistad, respeto y mutua comprensión: «Siempre lo supe cercano, y ahora también: tuvimos ocasión de hablar de eso hace poco», ha dicho.
Ha añadido que amó la vida y la supo vivir, comprometido con sus causas de la empresa y de la cultura.