Las últimas dos semanas las lluvias torrenciales han sido las protagonistas del Mediterráneo, que han dejado numerosos destrozos e inundaciones en zonas de Catalunya, Comunidad Valenciana y Murcia.
Estas precipitaciones, que se echaban de menos desde el otoño de año pasado y que han amenazado con una sequía histórica, se relacionan con la popularmente conocida como gota fría.
Este fenómeno que provoca fuertes tormentas y precipitaciones siempre se produce entre septiembre y octubre. El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ángel Alcázar, destaca que las lluvias irán remitiendo aunque no se puede descartar todavía “alguna fuerte descarga en sus costas estos días porque el mar todavía está caliente y cualquier factor puede desencadenar de nuevo los chubascos”.
A los meteorólogos no les gusta usar la expresión gota fría, porque técnicamente lleva a equívocos y porque en la historia se ha asociado a graves inundaciones y episodios de desastres en época otoñal. Como la pantanada de Tous, en octubre de 1982, que causó una treintena de fallecidos.
«Es un fenómeno en el que intervienen condiciones atmosféricas y características de la orografía. Al final, es una lotería determinar el lugar concreto y la cantidad exacta de lluvia que se registrará», explica Eduardo Román, director de Sirimiri Consulting.
Tan variables son los factores, que puede haber una diferencia de hasta 40 litros en la lluvia que cae entre dos pueblos cercanos. «Son siempre precipitaciones muy locales y en un municipio pueden registrarse 50 litros y en el de al lado, diez. Es muy complicado hacer predicciones».
La orografía influye en este fenómeno, actúa como «disparador» según los expertos. Un terreno montañoso puede atraer las masas cargadas de humedad y condensar el vapor que contienen. También, pueden aguantar masas de precipitaciones y cuando se descarga la lluvia, la cantidad y la fuerza es mayor.
El término gota fría puede sugerir pequeñez, pero en absoluto se ajusta a esa idea. Tampoco significa mal tiempo o frío. Los meteorólogos lo resumen como una depresión desgajada o (Depresión Aislada en Niveles Altos). En definitiva, una masa fría que se descuelga y entra en contacto con el aire cálido y acaba generando lluvias intensas y tormentas, este vez, de verano.