Fátima, la expareja sentimental del hombre atrincherado con un arma de fuego en un bar de la calle La Salina de Zaragoza y propietaria de ese establecimiento, ha asegurado que las causas por las que este individuo se ha confinado no son económicas, sino que «solo quiere llamar la atención».
Según ha explicado en una entrevista concedida a Aragón Radio, este hombre ha dejado escrito en un papel a la policía que «no quiere nada, que siente mucho haberme perdido» y por eso le ha pedido a ella que suba a la parte superior del bar, donde él se encuentra, para hablar.
Sin embargo, la policía le ha indicado que para que ella suba, él debe entregar antes el arma, algo a lo que se ha negado. La policía, la expareja y familiares de este hombre, Luis, de unos 62 años, han hablado con él a través de una ventana de una habitación situada en la parte superior del bar que da al garaje del inmueble, protegida por unas rejas.
Fátima ha comentado que el bar –situado cerca de la Plaza de Europa– posee una planta calle y, por unas escaleras, se accede a la citada habitación, así como a otras dependencias donde hay, entre otros objetos, una mesa de billar.
Por su parte, fuentes próximas a este hombre han asegurado que Luis dejó hace un año entre 30.000 y 40.000 euros a Fátima para el traspaso del bar, cuando todavía eran pareja, pero ella después dejó la relación.
INICIO DEL ATRINCHERAMIENTO
Esta mujer de origen guineano ha relatado que cuando a última hora de este lunes llegó Luis al bar, en el que había otras personas, le dijo que quería hablar con ella, pero Fátima se negó y le indicó que iba a cerrar el establecimiento, a lo que él le contestó que a pesar de eso no se iba de allí.
Como ella le comentó que bajaba la persiana del establecimiento y se iba y que si él quería se quedara y a la mañana siguiente las subiera y se fuera, él sacó una pistola para que las personas que había allí «se asustaran y se fueran», como así ocurrió.
Ha añadido que cuando entró al local «no tenía el revolver a la vista» y ha reconocido que desde hace unos meses sabía que había tenido acceso a un arma, pero «no la había visto» hasta ahora.
Fátima ha asegurado que ella es la única propietaria del bar y ha comentado que a su expareja «se le ha ido la pinza» y «está acobardado, nervioso» porque sabe que «de ser una broma, ahora, sabe, que si sale, lo primero que van a hacer es esposarlo y ese trago él no quiere pasarlo», ya que «no es agradable».
En este momento, Luis está solo en el bar y «quiere que suba» y «yo subiría, pero los policías no me dejan», «no se fían» y «es normal porque tiene un arma en la mano».
NO HA DENUNCIADO
Fátima ha afirmado que esta «no es la primera vez que intenta llamar la atención», aunque nunca había hecho «algo así», además de que ha reconocido que es algo «agresivo», pero nunca lo ha denunciado. En este punto, ha enfatizado que «esto es lo que pasa, como no hemos denunciado por cosas pequeñas, ahora ha hecho una tan grande que se le ha escapado de las manos».
La expareja de Luis no cree que sea capaz de disparar, ni a ella ni a nadie, pero ha expresado su preocupación porque atente contra si mismo al verse «acorralado».
Por su parte, desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón han indicado a Europa Press que este hombre no «quiere nada», en estos momentos «está tranquilo» y dice que solo quiere quedarse allí. Los agentes están conversando con él para que entre en razón, entregue el arma y salga por su cuenta. El arma es una pistola, si bien la policía desconoce el modelo y si está cargada o no.
La zona sigue acordonada. Vecinos y curiosos se han congregado ante la expectación que ha levantado este suceso. También permanecen en el lugar la hermana de Luis, el hijo y Fátima.