Se desarrollará a partir de este lunes y tiene el objetivo de evaluar la visión de 1.200 escolares, de entre 3 y 11 años, para poder detectar alteraciones de la función visual que pudieran interferir en su desarrollo académico, según han informado fuentes de Coorm en comunicado de prensa.
Además, se ha previsto un estudio específico para evaluar el nivel de desarrollo de otras habilidades visuales implicadas en las tareas de lecto-escritura, como los movimientos oculares, a los niños que, por indicación de su profesor, muestren dificultades para avanzar al ritmo del resto de su clase.
«Una buena agudeza visual de lejos permite ver bien la pizarra, pero en las tareas escolares entran en juego otras muchas habilidades visuales. Un chequeo visual temprano puede garantizar la detección precoz de alteraciones que afectan al aprendizaje», según Alicia Gómez, secretaria del COORM y coordinadora de la iniciativa.