Los hombres de Arenas están por todos lados y Bárcenas ha sido la espita que estaban esperando para meterle un viaje a la jefa. ¿Fue una torpeza el careo? Sin duda, pero también lo fueron los sobresueldos que tantos cobraron.
Pero Rajoy, que no quiere cambiar a ninguno de sus ministros, tampoco está por labor de cambiar a Cospedal. En la rueda de prensa con la que ha acabó la cumbre iberoamericana, le preguntaron si mantenía la confianza en la secretaria general de su partido. «Por supuesto. No tenga la más mínima duda (…) es una magnífica secretaria general». Y no solo lo dijo. También lo piensa. El tema de fondo es la renovación del partido. Y Cospedal va poco a poco pero va.
Cuando uno sale fuera y come con dirigentes del PP –la semana pasada estuve en Andalucía- descubre que el partido se está moviendo en todas las Comunidades Autónomas. Y no solo a nivel de presidentes: a algunos que se querían marcharse les ha pedido Rajoy que continúen, sino a nivel de cargos intermedios. Hay mucha militancia que quiere hablar, y ya lo hace con Cospedal. No puede ser malo, sobre todo en determinadas Comunidades, que el PP se renueve. Y tampoco tienen miedo a las primarias. Serían una buena receta y solución para que Cospedal renovase a los más quemados. Pero no se engañen: aquí no se quiere ir nadie.