El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, conmemoraban así, en un silencio que era oración, el aniversario de los ataques terroristas contra Estados Unidos. Hacía doce años, a la misma hora, un avión controlado por terroristas de Al Qaeda se estrellaba contra la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York; un segundo avión se estrellaba en la Torre Sur; otro en el Pentágono, y un cuarto caía en Pennsylvania después de que los pasajeros consiguieran neutralizar a los secuestradores. Casi 3.000 muertos en el peor ataque contra la población civil en la historia de Estados Unidos.
También con un repique de campanas de la Seu Vella de Lleida arrancaba oficialmente la Vía Catalana: todos los participantes se daban la mano formando una cadena humana que pretendía, también ayer, recorrer Cataluña de norte a sur reclamando su independencia. El presidente regional Artur Mas confiaba en “asombrar al mundo” con aquella cadena humana convocada en el día de la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas durante la Guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714, hace casi trescientos años.
No quiero hacer paralelismos, por mucho que el President Mas compare sus concentraciones con las de Martin Luther King: todas las comparaciones son odiosas, como han recordado desde el Martin Luther King Center. En fin, que cada uno tiene sus ideas, alimentadas eso sí por la educación, cultura y presión mediática que haya podido soportar. Pero sí: hoy es un día para reflexionar, para recordar y también para rezar. Nos lo permite nuestra libertad, a pesar de los políticos, de su oportunismo, y de su ensordecedora palabrería.