Tras ser parados en el control el 22 de octubre, los dos ocupantes de un vehículo –de 41 y 44 años– fueron incoherentes a la hora de justificar la procedencia de las 316 botellas y los agentes se las decomisaron.
Días después, los Mossos constataron que las botellas habían sido robadas en la bodega, y las botellas –a las que solo le faltaba el etiquetado para ser comercializadas– fueron retornadas a la bodega, y los detenidos quedaron en libertad con la obligatoriedad de presentarse ante el juez cuando sean requeridos.