El derecho a la libertad religiosa se vulnera de forma significativa en 82 de los 196 países del mundo, y en la lista de Estados con las violaciones más graves de la libertad religiosa predominan los países musulmanes y los cristianos siguen siendo la minoría religiosa más perseguida.
Ponemos rostro, nombre y apellido al Via Crucis que viven hoy millones de cristianos que no renuncian a su fe aunque por ello paguen con su vida.
Primera estación, los cristianos de la universidad de Kenia
El día de Jueve Santo las aulas de Kenia se llenaron de sangre. Mucha de ella era de los cristianos a los que Al Shabaab decidió matar por el mero hecho de serlo. Atacaron la universidad, tomaron rehenes y los dividieron entre musulmanes y cristianos. A los primeros los dejaron escapar. Los titulares de la masacre son desgarradores: Les hacian llamar antes a sus padres para decirles que iban a morir. Les obligaban a nadar en la sangre de los compañeros ya muertos, gritaban ‘¡Estas son nuestras vacaciones de Pascua, venimos a matar y a que nos maten!…
El asalto al centro comercial de hace un año también fue desgarrador. Los terroristas de al Shabaab identificaron a los musulmanes haciendo recitar a los rehenes versículos del Corán y oraciones en árabe. También les dejaron marchar. Las víctimas fueron 67.
Segunda estación, los 21 cristianos coptos de Libia
El Estado Islámico va quitando la vida a los cristianos allí por donde pisa. Todos ellos se merecen una mención, pero el vídeo en el que se ve como decapitan a 21 cristianos coptos de Libia es una de las atrocidades que el grupo terrorista ha mostrado al mundo y se queda grabada en la retina. Justificaron la muerte por «vengar el secuestro de mujeres musulmanas por parte de la Iglesia Copta», tildando a los rehenes de «cruzados».
El vídeo de la ejecución, difundido el 16 de febrero por los yihadistas, los mostró vestidos con monos naranjas, arrodillados uno al lado del otro en una playa, cada uno con un hombre enmascarado de negro a sus espaldas. La decapitación fue simultánea. Una explicación acompañaba el vídeo para decir que habían sido condenados a muerte por su fe: “Gente de la Cruz, seguidores de la hostil Iglesia egipcia”.
Los testimonios de los que se salvaron de sus garras son dramáticos. Unos breves segundos. Aquellos que discurrieron entre que oyera llegar los pasos a su puerta y escuchara la frase «Ya tenemos a suficientes. Vámonos». El egipcio Youssef Zekry narró a The Telegraph cómo se salvó su vida en ese breve espacio de tiempo. Si el militante que llegó a su puerta la hubiera abierto, Zekry estaría ahora muerto, junto a los otros egipcios coptos de su pueblo en Libia.
A comienzos del mes de enero, el brazo libio del Estado Islámico llevó a cabo una redada en un pueblo de Libia. Lo hizo buscando una cosa: egipcios cristianos a los que secuestrar. «Sabían a quien querían, y preguntaban por ellos por sus nombres», narró Zekry desde su pueblo natal de Al-Our, en Egipto, a donde volvió tras el secuestro.»Tenían una lista con nuestros nombres».
La redada tuvo lugar el pasado 4 de enero, y el trágico final de los rehenes, 21 en total y 14 tomados durante esa ‘operación’, se conoció el domingo, cuando el grupo extremista publicó el vídeo de su decapitación. Zakry se salvó gracias a una llamada de teléfono de un amigo, que le avisó diciéndole que no abriera la puerta de su casa.
Por lo menos 14 de los ejecutados por este grupo en el vídeo del domingo procedían del mismo pueblo, Al-Our, donde todo el mundo conocía a alguno de los ejecutados.
Los asesinados se habían ido a Egipto en busca de una mejor vida, en busca de trabajo y para evitar los ataques sectarios que se han incrementado drásticamente en los últimos años. El viaje de Egipto a Libia es un camino usual entre esta minoría: los salarios en el país al que van son siete veces mayores que los que pueden percibir en su Egipto natal.
Se cree que hay 150.000 egipcios coptos en Libia, un puñado del millón que solía haber. Huyeron de la pobreza e inseguridad en Egipto para caer en las garras del caos libio: y el auge de grupos extremistas ha sembrado el temor entre la minoría. Hasta ahora no habían sido objetivo de islamistas, pero esto está cambiando.
Tercera estación, Nigeria y Boko Haram
En abril de 2014, más de 200 estudiantes cristianas, de edades comprendidas entre los 16 y los 18 años, fueron secuestradas en un colegio de Nigeria por Boko Haram, el movimiento fundamentalista islámico que combate para imponer la ley coránica en el país. Pocas semanas después del secuestro se difundió un vídeo que mostraba a las jóvenes recubiertas por el niqab, el velo islámico.
En el Norte de Nigeria, un 80% de la población son musulmanes de corte radical. Entre ellos están los miembros del grupo terrorista Boko Haram. El terror y la represión han provocado un gran descenso del número de católicos y protestantes que han huido de la zona.
Desde 2012, se ha producido un rápido deterioro de la situación. En el norte, la conversión al cristianismo de un musulmán puede ser mortal. En el mejor de los casos, la persona interesada queda excluida de la comunidad y con frecuencia se ve obligada a abandonar la zona.
Los relatos del horror frente a la violencia de Boko Haram se multiplican. Tras el secuestro de más de 100 niñas de una escuela en abril provocó indignación en todo el mundo, más cuando se supo que habían sido casadas y obligadas a convertirse al Islam. Relatos de primera mano de estos y otros actos de violencia y represión contra los cristianos que iluminan lo mucho que sufren frente a la violencia del grupo islamista.
El testimonio de un testigo, un discapacitado del norte de Nigeria refiere el horror de haber sido obligado a contemplar cómo los extremistas llevaban a cabo una serie de atrocidades. Esta persona, que se traslada en silla de ruedas, se quedó atrás cuando el personal y los trabajadores del seminario menor de San José, en Shuwa, en el estado de Adamawa, huyeron para salvar la vida al enterarse de que los combatientes de Boko Haram se acercaban.
Descubierto enseguida por los agresores, le colocaron en su silla de ruedas y le fueron llevando para que viera cómo prendían fuego a los edificios. Le preguntaron si quería abandonar su fe cristiana y vio, sin poder hacer nada, cómo tiroteaban a los cuatro guardias de seguridad y los mataban.
Cuarta estación, Corea del Norte
Corea del Norte es uno de los países más herméticos del mundo. Corea del norte se opone vehementemente a cualquier tipo de religión. Los cristianos están clasificados como hostiles por lo que se enfrentan a ser arrestados, torturados, incluso a ser ejecutados públicamente. Los campos de trabajos forzosos forman parte del sistema. Pero a pesar de esta severa opresión, está floreciendo una iglesia secreta que va en auge, con unos 400.000 cristianos.
No hay otro país en el mundo donde se persiga tan violentamente a los cristianos por su fe. Al igual que en otros países,los cristianos tienen que sobrevivir bajo uno de los regímenes más opresores de esta época contemporánea. Se enfrentan a oficiales corruptos, malas políticas, desastres naturales, enfermedades y hambruna.
Además de todo esto sufrido por todos los ciudadanos coreanos, han de vivir a escondida su fe. Si se les haya una biblia, es motivo suficiente para ser ejecutados o enviados a centros de trabajos forzosos de por vida. Se estima que unos 50.000 a 70.000 cristianos se encuentran en campos de concentración, prisiones o en condiciones de arresto bajo el régimen del líder Kim Jong-Un.
Es el país que lidera el vergonzoso ránking de los países que más persiguen a los cristianos. Las web religionenlibertad recopila varios testimonio para ponerles cara. Kim Sang-Hwa es la hija del jefe de una iglesia clandestina de Corea del Norte. Supo que sus padres eran cristianos cuando, con 12 años, descubrió por casualidad una Biblia escondida en un cajón. Eso le pudo costar la vida. Tenía que denunciarlo pero no lo hizo y desde ese momento sus padres y abuelo le hicieron leer la Biblia. Le enseñaron a rezar y a mantener el secreto. «Rezábamos susurrando por temor a que alguien nos oyera. Ni siquiera mis hermanos mayores sabían la verdad».
Quinta estación, la limpieza etnica en Irak
El número de cristianos de Iraq ha descendido drásticamente, especialmente tras la caída del presidente Saddam Hussein en 2003. Durante los años 90, vivían en Iraq cerca de 1,2 millones de cristianos, pero muchos tuvieron que emigrar en los últimos años, después de que sus comunidades fueran víctimas de una serie de atentados. Ahora se calcula que haya 300.000. Aún así, la violencia dirigida específicamente contra los cristianos se ha reducido en los dos últimos años.
En 2014, por primera vez en más de 1.600 años no repicaron las campanas que anuncian el comienzo de la misa del Gallo. En la segunda ciudad más importante de Irak ya no queda ningún cristiano, han huido de las atrocidades a las que el Estado Islámico somete a quienes se niegan a someterse al Islam.
A mediados de junio, cuanto los yihadistas tomaron la ciudad, marcaron las viviendas de los cristianos con la letra en árabe ‘n’, de ‘nasrani’, una palabra que se usa para designar negativamente a los crisitanos. Unas viviendas, que tras el éxodo de los cristianos, han sido entregadas a los suníes.
Salem Matti Kourk tenía 43 años. Era cristiano en Bartalah, una ciudad situada en la Llanura de Nínive, en Irak. Cuando el 8 de agosto de 2014 Bartalah fue conquistada por los milicianos del Estado Islámico Salem fue uno de los pocos que se quedó porque, debido a sus problemas cardíacos, no podía enfrentarse al viaje con el resto de su familia.
A partir de aquel día permaneció escondido en casa. Salió el 1 de septiembre por primera vez, empujado por el hambre, para buscar alimentos y agua pues se le habían acabados todas las reservas. Pero los yihadistas lo arrestaron en un puesto de bloqueo en el centro de la ciudad, frente a la iglesia de la Virgen María. Los milicianos querían que se convirtiese al islam, le ordenaban que abjurara del Cristianismo. Salem se negó. Lo torturaron hasta morir, pero él no cedió. Después arrojaron su cadáver en la calle donde permaneció hasta que unos transeúntes lo recogieron y le dieron sepultura.
Sexta estación, Siria
En Siria, la «confesionalización» del conflicto coloca a los grupos religiosos minoritarios en una situación muy precaria. Las acciones de los grupos combatientes han dejado totalmente claro que existe un creciente programa islamista público, y tanto los alauíes como los cristianos de las distintas confesiones han sufrido una violencia muy grave.
Los motivos que subyacen a estos ataques son complejos; en muchos casos se les atacó sobre todo por su fe religiosa, en otros, se debió a su supuesta filiación política. La emigración de las comunidades cristianas no ha sido necesariamente peor que la de otros grupos de creyentes, pero podría ser más desastrosa a causa de su ya reducido número.
El 7 de septiembre de 2013, los islamistas del Frente al Nusra atacaron la ciudad santuario eminentemente cristiana de Malula, cuyos habitantes siguen hablando arameo, el idioma bíblico. Los atacantes derribaron las cruces del monasterio de San Sergio y rodearon el convento de Santa Tecla, obligando a las monjas a refugiarse en el interior.
Irrumpieron en muchas casas, gritando: «Aquí estamos para cogeros, adoradores de la cruz». En una de las casas ordenaron a tres hombres que se convirtieran al islam o les matarían. Uno de ellos, Sarkis Al Zajm, replicó «Soy cristiano; si quieres matarme por ser cristiano, hazlo». Mataron a los tres. En total, los atacantes asesinaron a 20 civiles y secuestraron a otros 15. No tocaron la casa de ningún musulmán.
En diciembre, miembros del Frente al Nusra, que aún controlaba Malula, secuestraron a 12 monjas ortodoxas del monasterio de Santa Tecla y las llevaron a Yabrud. Fueron liberadas, sin daño, en marzo de 2014. Mientras tanto, muchas otras ciudades cristianas han sufrido una violencia extrema por ejemplo, Sadad, donde en una incursión islamista, mataron a 45 personas y arrojaron a una familia a un pozo; entre ellos había dos adolescentes y tres de los abuelos.
Séptima, Sudán
En Sudán, a pesar de proclamar la libertad religiosa, se impone la Sharía, ley islámica. El país llegó a las portadas de medio mundo este año con la condena a muerte de una mujer embarazada, Meriam Yahia Ibrahim, por convertirse al cristianismo. El Gobierno es un partidario incondicional del islam político.
La represión contra los cristianos, acompañada por la destrucción de lugares de culto y material religioso y acoso a los individuos, está provocando un miedo inmenso y un sentimiento de vulnerabilidad y ansiedad en la pequeña minoría cristiana aún presente en el país. Según un informe publicado en 2013, las fuerzas de seguridad arrestaron a 55 cristianos. En abril de 2013, expulsaron del país a un sacerdote católico de Sudán del Sur.
Octava, China
Según la Asociación Ayuda a China, la persecución de los cristianos en China sigue aumentando, siendo los principales objetivos las iglesias en zonas urbanas. La asociación afirma haber registrado 143 casos de detenciones y persecuciones de personas en el año 2013, en los que el total de personas perseguidas asciende a 7424.
El temor a que las autoridades apliquen medidas enérgicas contra los cristianos se intensificó cuando en abril de 2014 se demolió, por orden de los funcionarios de la zona, la gran iglesia de Sanjiang en Wenzhou. En mayo de 2014, AsiaNews publicó un total de 64 fotografías con nombres y fechas de iglesias demolidas en Zhejiang.
El artículo afirma que «hay indicios de que a finales de mayo las autoridades empezarán a ilegalizar iglesias utilizadas por los cristianos, que no quieran unirse a los organismos estatales.
Aunque en general se ejerce el control conforme a la normativa oficialmente establecida por el Estado, es evidente que se está ejerciendo un mayor control sobre los católicos, incluso sobre los miembros y las comunidades de la Iglesia oficial controlada por el Estado.
Novena, Pakistán
En Pakistán el 97% de la población es musulmana. Uno de los casos tristemente más famosos, que se produjo en 2012, fue el de Rimsha Masih, una niña cristiana de 14 años con dificultades de aprendizaje. En agosto, un imán, Jalid Jadun Chishti la acusó de haber quemado unas páginas que contenían textos del Corán. Otras tres personas dijeron haber sido testigos de los hechos y la niña fue encarcelada en una prisión de máxima seguridad tras haber sobrevivido (ella y su familia) a un intento de linchamiento por parte de una multitud de fundamentalistas musulmanes.
Dada su corta edad y su falta de capacidad intelectual, confirmada por médicos especialistas, fue puesta en libertad bajo fianza por un tribunal local. Posteriormente, los tres «testigos» confesaron haberla acusado presionados por el imán, que tenía la secreta intención de expulsar a los cristianos del pueblo y tomar posesión de sus casas.
Otra historia aterradora sucedió el 22 de diciembre de 2012, una multitud formada por más de 200 personas dio una paliza brutal y quemó vivo a un hombre en Pakistán. El incidente se produjo en la localidad de Seeta. Según el testimonio de un imán de la zona, el hombre iba de viaje y pidió hospitalidad en la mezquita para pasar la noche. A la mañana siguiente, se encontraron páginas del Corán quemadas y acusaron al viajero de ser el autor del delito. Un grupo de personas lo condujeron a la comisaría del pueblo, donde lo acusaron de blasfemia. La noticia se difundió rápidamente y una turba de 200 personas se dirigió a la comisaría, de la que sacaron a la víctima para matarle.
Dos esposos protagonizan la siguiente historia. Después de haberlos torturado durante dos días, el 2 de noviembre de 2014 una multitud de 500-600 personas empujó a una pira a dos esposos cristianos -Shahzad y Shama Masih- y los quemaron vivos. La violencia se desencadenó cuando algunas personas, desde los altavoces de una mezquita, difundieron la falsa noticia de que el matrimonio había profanado el Corán quemando algunas páginas. Shama, la esposa, estaba embarazada. La pareja dejó huérfanos a cuatro niños. Tenían cuatro hijos y esperaban otro: fueron torturados durante dos días y quemados vivos.
El 5 de marzo, un joven cristiano de Lahore fue torturado una noche entera por la policía, muriendo a causa de las torturas. Su cadáver fue arrojado ante la puerta de sus padres al día siguiente. Había sido arrestado en el contexto de una investigación por un robo por el que habían acusado a su madre y del que ella sigue proclamándose inocente.
Asia Bibi es otro nombre ligado a la tortura. Asia Bibi, que estaba trabajando en un campo, fue mandada a buscar agua. El resto de mujeres, seguidoras del islam, se opusieron a que ella fuera porque, al no ser musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Por ello, le exigieron que abandonara el cristianismo y que se hiciera musulmana, a lo que ella se opuso.
En su justificación, la fiel cristiana dijo a sus compañeras que «Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad» y preguntó a las mujeres musulmanas qué había hecho Mahoma por ellas. En cuanto oyeron estas palabras acudieron al imán local, esposo de una de ellas, que a su vez presentó una denuncia ante la Policía por el delito de blasfemia. Y es que el artículo 295 del Código Penal de Pakistán pena con la muerte blasfemar contra el profeta del islam.
El juez, Naveed Iqbal, la condenó a muerte tras haber sido previamente detenida.
Décima, Somalia
En Somalia el Grupo Terrorista Al-Shabad pretende deshacerse de los cristianos, y se centra específicamente en los cristianos convertidos del Islam. Al-Shabad quiere en Somalia crear una nación totalmente musulmana. La agrupación terrorista se unió a Al-Qaeda, el cual pretende implantar la ley islámica sharia en todo el país. Todos recordamos el video que Al-Shabad extendió por internet en 2008, en el cual se podía ver la decapitación brutal y sanguinaria de Mohammed Mansour, un trabajador de una agencia de ayuda humanitaria de 25 años de edad. Su crimen, convertirse al cristianismo en 2006.
– Aspiran a crear un estado islámico wahabí en Somalia.
– Desde febrero de 2012 están adheridos formalmente a Al Qaeda.
– Cuenta con unos 7.000 miembros activos.
– Atacan a Kenia por el apoyo de este país a las tropas de la Unión Africana
– Pretenden asesinar a los cristianos somalíes
La milicia radical somalí Al Shabab, (Juventud en árabe) es un movimiento integrista surgido en 2006 tras la derrota de la Unión de Tribunales Islámicos de Somalia (UTI) por la alianza de milicias de los grupos del Gobierno de Transición somalí. También conocida como Harakat al-Shabaab al-Mujahideen, su objetivo es la instauración de un estado islámico de corte wahabí en el cuerno de África. Están liderados por Abu Zubeyr, que está distanciado de su número dos, Abu Mansur. Enfrente tiene a las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), el Ejército somalí, las fuerzas etíopes y varias milicias progubernamentales.
En Somalia, Al Shabaab continúa siendo fuerte en muchos lugares. El grupo terrorista, que tiene vínculos con Al Qaeda, se ha comprometido a eliminar a los cristianos de Somalia. Es por eso que muchos cristianos se reúnen en secreto, intentando evitar la persecución de este grupo. Durante los últimos meses se han seguido produciendo asesinatos de cristianos en las zonas controladas por Al Shabaab. En febrero dos hombres enmascarados mataron a Ahmed Ali Kimale, de 42 años de edad, un cristiano de la aldea de Alanley. Somalia es el quinto país más peligroso para la fe cristiana, es el país más violento del mundo, el peor en mortalidad infantil, y uno de los países africanos con menos católicos. Casi del tamaño de Francia, caluroso y afectado por monzones y tsunamis, es un país semiárido con solo el 1,6% de sus tierras cultivables; el 98% de su población es islámica.
Décimoprimera, Irán
La situación para los cristianos en Irán empeora. Es ilegal evangelizar, hacer cursos bíblicos y publicar las escrituras en farsi. Las detenciones de los cristianos es algo común. Varios cristianos se han visto obligados a huir del país. Los que más presión sufren son los cristianos de trasfondo musulmán, se enfrentan a la pena de muerte. Frente a otras minorías étnicas como asirios y armenios, los cristianos son más perseguidos debido a que tratan de evangelizar
Cuenta la web ‘La nuova Bussola Quotidiana’ que de repente la policía irrumpió en la vivienda en la que se habían reunido para celebrar el primer día del año con un momento de oración y los arrestaron. Así inició el 2014 para Sara, Mostafa, Majid y George, cuatro cristianos residentes en Karaj, en Irán. De ellos se sabe que fueron llevados a un sitio desconocido y nada más: en vano los familiares han solicitados poder visitarlos. Unos días antes, en la noche de Navidad, otro grupo de cristianos de Teherán sufrió la misma suerte.
En 2014, al menos 75 cristianos fueron arrestados y encarcelados con pretextos diversos, pero la única razón era creer en Dios. En un contexto social hostil, muchísimos cristianos, a partir de 1979, año de la revolución jomeinista, han perdido su trabajo, casa e incluso la custodia de sus hijos, han sido rechazados por los amigos y renegados por los propios familiares.
En Irán ahora viven sólo 70.000 cristianos aproximadamente sobre una población de 78 millones de habitantes. En una entrevista a la agencia católica Kna, monseñor Ramzi Garmou, arzobispo caldeo de Teherán, ha explicado que sin embargo muchos cristianos han elegido permanecer en Irán convencidos de que la Iglesia tiene la misión de testimoniar: «Una pequeña grey puede testimoniar la presencia de Jesús viviendo su fe en lo cotidiano».
Décimo segunda, Indonesia
En Indonesia la persecución contra los cristianos, que son aproximadamente 36 millones sobre una población de 255 millones de habitantes, se manifiesta con vejaciones y continuas prohibiciones, entre las cuales el complejo procedimiento burocrático impuesto a los cristianos para la construcción de edificios religiosos, a causa del cual pueden transcurrir años antes de que se obtengan todos los permisos. Al tratarse de lugares de culto, es además necesario el visto bueno de los residentes y del grupo local para el diálogo interreligioso.
Hay depositadas muchas esperanzas en el presidente Joko Widodo, en el cargo desde octubre, por sus declaraciones en favor de las minorías religiosas.
Décimotercera, India
El pastor evangélico Sanjeevulu, guía del grupo Amigos de Hebrón, ha sido la primera de una serie de cristianos víctimas de la intolerancia en 2014 en la India. El 11 de enero en Vikarabad, en el estado de Andra Pradesh, cuatro hombres se presentaron en su casa y lo indujeron a salir a la calle diciéndole que querían rezar con él. Una vez fuera, lo agredieron infligiéndole siete cuchilladas y golpeándolo con mazas y bastones. El hombre falleció dos días después.
Los cristianos son el 3% de la población. Los cristianos sufren la presión en todos los ámbitos. Por un lado, esto refleja el desafío de mostrar una materia tan complicada como la persución en algunas figuras en un país tan diverso así como la presión permanente que ellos afrontan. Por otro lado, enseña un crecimiento de la intolerancia religiosa en el país.
El Hinduismo está experimentando una revitalización debido a eventos especiales así como gracias a los medios escritos y digitales. El partido politico más exitoso sigue esta ideología llamada BJP (“Bharatiya Janata Party”, “Indian People`s Party”), y está presente en siete estados (en total hay 28 en el país). En cinco de ellos, las leyes ‘anti conversión’ han sido adoptadas, y son con frecuencia usadas como un pretexto para disturbar los servicios religiosos o para acusar a creyentes y líderes cristianos.
Todas las Iglesias están controladas, los hinduistas radicales han empezado a controlar al detalle las actividades cristianas. Es virtualmente imposible obtener un permiso para construir o reformar una iglesia en algunos estados, especialmente en los que los hindúes tienen un papel importante.
Decimocartorce, Afganistán
La persecución a los cristianos en Afganistán se ha convertido en un grave problema para los crstianos que tiene luchar contra el fundamentalismo, las discrepancias tribales y la corrupción. “Cuando Satán cayó sobre la tierra lo hizo en Kabul”, este es un proverbio afganos que define cómo viven los cristianos en Afganistán.
El gobierno trata a los conversos de trasfondo musulmán con hostilidad. Los cristianos no se pueden reunir en público, pero aun reuniéndose de forma secreta, han de ser muy cautelosos. No existen edificios religiosos cristianos, ni siquiera para los extranjeros. Los talibanes están volviendo a recuperar su poder y han prometido eliminar a todos los cristianos de Afganistán. Tanto los cristianos nativos como los extranjeros son víctimas de secuestros, asesinatos y muchos acaban escapando del país.
Probablemente, la situación que atraviesan los cristianos no mejore de cara a 2014, con llegada al país de las fuerzas internacionales, según apunta esta ONG.
El drama en esta ocasión lleva el apellido Groenewald, cristianos originarios de Sudáfrica. Se había difundido la voz de que en realidad eran misioneros encargados de convertir a los musulmanes al cristianismo.
Afganistán es tal vez el estado más peligroso para los cooperantes cristianos. La constitución afgana no reconoce la existencia de ciudadanos cristianos. En el país no hay iglesias. Los pocos creyentes practican la fe en absoluto secreto.