«Todos, productores y comercializadoras, debemos estar reconociendo que la situación económica de las explotaciones familiares empieza a ser de emergencia y que, como nada va a mejorar hasta el final de campaña, nos
podemos encontrar con numerosas quiebras de explotaciones agrícolas a lo largo del año 2016″, ha manifestado tras aclarar que aunque no han participado en las movilizaciones de Asaja y COAG, también han sido parte convocante.
Desde UPA han apuntado la existencia de una «situación estructural, no puntual ni excepcional, que obliga al agricultor a vender su producto por debajo de los costes de producción, estableciendo unos precios que nos pueden llevar a la ruina».
Para la organización que coordina en Almería Francisca Iglesias, el sector debe estar «unido» y «no enfrentado» si quiere dar solución a esta cuestión, lo que también pasar por las comercializadoras y la administración. «Hay que dialogar, no buscar enfrentamientos que te hagan parecer más grande de lo que realmente se es», han apostillado.
UPA ha recalcado su apuesta por «sentarse» a hablar y abordar asuntos como la venta a pérdidas, el incumplimiento de los plazos de pago, replantear el régimen sancionador, ver el sistema de arbitraje en caso de conflicto, analizar la cadena alimentaria y la Agencia de Información y Control Alimentarios, estudiar los precios de los costes de producción y buscar el apoyo de las interprofesionales, entre otras cuestiones.