«La quiebra no es más que el producto de una deficiente gestión empresarial, a la que se añade una competencia desleal permitida y promovida por las administraciones a la hora de dar y regalar subvenciones a determinadas compañías», ha asegurado Lozano, visiblemente molesto, tras lo que ha lamentado que esta política ha llegado a distorsionar el mercado aéreo español.
El presidente del Sepla, Javier Martínez, ha elevado a 3.000 el número de empleados de Spanair afectados, de los cuales unos 300 son pilotos.
«Estamos consternados, la noticia ha sido un bombazo», ha subrayado Lozano, que ha reclamado a las administraciones públicas que tomen nota para rectificar el camino iniciado con las subvenciones y evitar nuevas quiebras en el sector.
Además, el director en España de Ifalpa ha sugerido que otras compañías estaban interesadas en el cierre de Spanair, y ha recordado que el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, y el de Ryanair, Michael O»Leary, ya anticiparon la quiebra de la aerolínea catalana: «Me da la sensación de que alguien se está beneficiando de la quiebra de Spanair», ha deslizado.
Por su parte, el secretario general del Sepla, José María Iscar, ha echado en cara a las autoridades que se hayan preocupado más por crear «aeropuertos sin pasajeros» en lugar de generar un mercado sin subvenciones.